El tiempo es oro. Una máxima que se cumple en la vida en general y en la industria en particular. Cada segundo que se araña en los procesos industriales es un euro ganado. ProGlove, una joven compañía alemana, lo sabe y ha lanzado un guante inteligente con los que está revolucionando sectores como la automoción o la logística gracias a una digitalización desde el aspecto humano y no del robótico.
El cofundador de ProGlove, Manuel Bönisch, explica a elEconomista.es que la revolución de las máquinas en la industria es todavía una utopía porque "la automatización tiene sus límites debido al aumento de la variedad de los productos y a que los procesos son más complejos cada día y los ciclos de productos más cortos. No creemos que en el futuro sólo haya automatización, eso es una ilusión".
Pensando en mejorar las capacidades de los operarios de almacén y montaje, la compañía ha desarrollado un guante inteligente que incorpora un escáner, el cual permite reducir hasta en 4 segundos el tiempo que se dedica a cada proceso de escaneado -un ratio del 50%-, así como reduce la tasa de error en un 33%.
Desde su lanzamiento en 2014, el wearable ya se encuentra en 10.000 puestos de trabajo de Europa, Canadá y EEUU y entre sus clientes están BMW, Volkswagen, Seat, Renault, Peugeot, Lufthansa, Intersport, Redcoon, Thyssenkrupp, Bosch o Kuka. Precisamente Kuka, que es una de las referencias de la robótica industrial en el mundo, cuenta con los guantes Mark en sus departamentos de logística y no optan por los robots para estos procesos.
Un wearable que ya usan en Seat Martorell
La transformación digital de la industria se ha enfocado habitualmente o bien hacia la robotización de procesos, o bien hacia la incorporación de diferente tecnología y dispositivos que no son realmente prácticos para los trabajadores. "Es súper fácil e interesante trabajar con unas gafas inteligentes durante unos 20 minutos pero hacerlo cada día, durante 8 horas... si el trabajador no estaba ya acostumbrado a hacerlo al final se encuentra desubicado y no se logra rendimiento", explica Bönisch.
Bajo la máxima de que no haya un cambio de costumbre en el operario para integrar la tecnología, ProGlove ha desarrollado su guante, con el que aligera tanto los procesos recortando el tiempo, como permite recopilar más datos así como se logra una digitalización desde el momento en que se instala.
El sistema Mark de la compañía permite cambiar la habitual pistola de escaneado que se usa en los procesos de montaje o clasificación logística, dando manos libres a los operarios. "Se monta en un guante industrial estándar y el escaneado se activa con sólo presionar un botón. El proceso de escaneo manda los datos al sistema a través de un sistema propio de radiofrecuencia que se usa en la industria".
Un ejemplo práctico se da en la planta de Seat en Martorell donde han recortado los tiempos en la línea de montaje. "Si tu estás en la línea de montaje de Seat y tienes que montar un airbag cada 60 segundos. Nuestra tecnología permite ahorrar 3,12 segundos en el momento de montarlo, que suele ser unos 6 segundos, es casi la mitad de tiempo. El valor de un segundo en la industria automovilística es un euro. El ahorro es significativo".
"Con nuestro sistema tienes un impacto inmediato. Quitas la pistola, pones ProGlove y puedes empezar a funcionar como lo hacías antes pero más rápido. A las empresas les gusta porque la mejora es desde el primer minuto, puedes digitalizar algo sin tener un proyecto grande ni la necesidad de un departamento de IT. No cambiamos los hábitos y a los operarios también les gusta, les hace más fácil el trabajar".
Y es que el sistema de ProGlove está enfocado a la sencillez desde todos los ámbitos, no sólo en el uso del trabajador. El pack (que ahora mismo cuesta 2.000 euros a las empresas), incluye un guante, dos escáneres, un cargador de batería y un receptor que se conecta al ordenador de la línea de producción y que funciona del mismo modo que un teclado: enchufar y listo, sin ningún tipo de instalación.
En España su despliegue más importante ha sido en Seat, gracias al trabajo que ya había realizado con Volkswagen en Alemania, así como Renaul y Peugeot, con las que habían trabajado en Francia. Sin embargo, han empezado a trabajar en pruebas en el almacén de Inditex en Madrid y su próximo objetivo son Dia, Mercadona o El Corte Inglés, "marcas súper interesantes con las que nos gustaría trabajar".
Pese a que industrialmente España parece estar por detrás de otras potencias europeas Bönisch defiende el tejido empresarial patrio y las posibilidades que tiene para la compañía. "No tiene un tejido industrial como el de Alemania pero sí está al mismo nivel que Francia. Toda la zona de Cataluña, el País Vasco, Galicia y Valencia es muy fuerte. Tenemos casi una automovilística en cada ciudad, Ford, Citroen, Renault... y no sólo el sector automovilístico sino también el sector de textiles y de alimentos, que están muy fuertes. Yo al principio no lo conocía a fondo, pero hay muchísimas posibilidades".
El cofundador de ProGlove, Manuel Bönisch, explica a elEconomista.es que la revolución de las máquinas en la industria es todavía una utopía porque "la automatización tiene sus límites debido al aumento de la variedad de los productos y a que los procesos son más complejos cada día y los ciclos de productos más cortos. No creemos que en el futuro sólo haya automatización, eso es una ilusión".
Pensando en mejorar las capacidades de los operarios de almacén y montaje, la compañía ha desarrollado un guante inteligente que incorpora un escáner, el cual permite reducir hasta en 4 segundos el tiempo que se dedica a cada proceso de escaneado -un ratio del 50%-, así como reduce la tasa de error en un 33%.
Desde su lanzamiento en 2014, el wearable ya se encuentra en 10.000 puestos de trabajo de Europa, Canadá y EEUU y entre sus clientes están BMW, Volkswagen, Seat, Renault, Peugeot, Lufthansa, Intersport, Redcoon, Thyssenkrupp, Bosch o Kuka. Precisamente Kuka, que es una de las referencias de la robótica industrial en el mundo, cuenta con los guantes Mark en sus departamentos de logística y no optan por los robots para estos procesos.
Un wearable que ya usan en Seat Martorell
La transformación digital de la industria se ha enfocado habitualmente o bien hacia la robotización de procesos, o bien hacia la incorporación de diferente tecnología y dispositivos que no son realmente prácticos para los trabajadores. "Es súper fácil e interesante trabajar con unas gafas inteligentes durante unos 20 minutos pero hacerlo cada día, durante 8 horas... si el trabajador no estaba ya acostumbrado a hacerlo al final se encuentra desubicado y no se logra rendimiento", explica Bönisch.
Bajo la máxima de que no haya un cambio de costumbre en el operario para integrar la tecnología, ProGlove ha desarrollado su guante, con el que aligera tanto los procesos recortando el tiempo, como permite recopilar más datos así como se logra una digitalización desde el momento en que se instala.
El sistema Mark de la compañía permite cambiar la habitual pistola de escaneado que se usa en los procesos de montaje o clasificación logística, dando manos libres a los operarios. "Se monta en un guante industrial estándar y el escaneado se activa con sólo presionar un botón. El proceso de escaneo manda los datos al sistema a través de un sistema propio de radiofrecuencia que se usa en la industria".
Un ejemplo práctico se da en la planta de Seat en Martorell donde han recortado los tiempos en la línea de montaje. "Si tu estás en la línea de montaje de Seat y tienes que montar un airbag cada 60 segundos. Nuestra tecnología permite ahorrar 3,12 segundos en el momento de montarlo, que suele ser unos 6 segundos, es casi la mitad de tiempo. El valor de un segundo en la industria automovilística es un euro. El ahorro es significativo".
"Con nuestro sistema tienes un impacto inmediato. Quitas la pistola, pones ProGlove y puedes empezar a funcionar como lo hacías antes pero más rápido. A las empresas les gusta porque la mejora es desde el primer minuto, puedes digitalizar algo sin tener un proyecto grande ni la necesidad de un departamento de IT. No cambiamos los hábitos y a los operarios también les gusta, les hace más fácil el trabajar".
Y es que el sistema de ProGlove está enfocado a la sencillez desde todos los ámbitos, no sólo en el uso del trabajador. El pack (que ahora mismo cuesta 2.000 euros a las empresas), incluye un guante, dos escáneres, un cargador de batería y un receptor que se conecta al ordenador de la línea de producción y que funciona del mismo modo que un teclado: enchufar y listo, sin ningún tipo de instalación.
Enfoque en España: Pruebas con Inditex y el deseo de hacerlo con Mercadona o El Corte Inglés
Aunque su principal enfoque ha estado centrado inicialmente en la industria automovilística, también han desarrollado fuertes líneas de negocio en transporte y alimentación. "Normalmente tienes una estructura basada en un almacén central que tiene una cadena de suministro a 100 o 200 supermercados en la ciudad. Nosotros hacemos la operación entre estos almacenes porque da mayor velocidad al proceso".En España su despliegue más importante ha sido en Seat, gracias al trabajo que ya había realizado con Volkswagen en Alemania, así como Renaul y Peugeot, con las que habían trabajado en Francia. Sin embargo, han empezado a trabajar en pruebas en el almacén de Inditex en Madrid y su próximo objetivo son Dia, Mercadona o El Corte Inglés, "marcas súper interesantes con las que nos gustaría trabajar".
Pese a que industrialmente España parece estar por detrás de otras potencias europeas Bönisch defiende el tejido empresarial patrio y las posibilidades que tiene para la compañía. "No tiene un tejido industrial como el de Alemania pero sí está al mismo nivel que Francia. Toda la zona de Cataluña, el País Vasco, Galicia y Valencia es muy fuerte. Tenemos casi una automovilística en cada ciudad, Ford, Citroen, Renault... y no sólo el sector automovilístico sino también el sector de textiles y de alimentos, que están muy fuertes. Yo al principio no lo conocía a fondo, pero hay muchísimas posibilidades".