El último wearable de Samsung llega mucho antes de lo que cabía esperar. Aunque el todavía muy reciente Galaxy Watch Active fue presentado el pasado mes de febrero, el fabricante surcoreano ha querido darle un hermano mayor con el debut del nuevo Watch Active2, que no lo sustituye, sino que se sitúa como una opción ligeramente más sofisticada. Lo hace recuperando atributos como los controles en el bisel, si bien de forma sui generis.
Tomando nota de las críticas por la pérdida del bisel rotatorio, Samsung ha dotado al Watch Active2 con un nuevo sistema de control que quiere recordar al de modelos anteriores. Tiene truco, puesto que no utiliza un bisel mecánico, sino totalmente electrónico y con respuesta háptica para proporcionar retroalimentación al usuario.
El sistema funciona en contacto con los dedos del portador y permite lanzar aplicaciones de forma rápida en cualquiera de las dos versiones disponibles, puesto que habrá un modelo de 40 mm y otro de 44 mm. En ambos casos la pantalla es Super AMOLED 360 x 360 con una capa protectora de vidrio Gorilla Glass DX+. Bajo ella se sitúa un procesador Exynos 9110 de dos núcleos, 768 MB de RAM (1 GB en los relojes LTE) y 4 GB de almacenamiento.
Las funciones de conectividad incluyen LTE, Bluetooth 5.0, Wi-Fi b/g/n y NFC. En cuanto a la panoplia de sensores, Samsung ha dispuesto de monitorización del ritmo cardíaco mediante ocho fotodiodos, un acelerómetro, un giroscopio, un barómetro, un sensor de luz ambiental y, como gran novedad, un sistema de electrocardiograma que se venía rumoreando desde hace tiempo.
Hace algunas semanas también se supo que Samsung trabajaba en algún sistema de llamada automática en caso de detectar una caída, pero esta prestación no aparece en la ficha final (lo cual no quiere decir que no esté presente en el producto).
La batería es de 247 o 340 mAh para los modelos de 40 y 44 mm, respectivamente. En ambos casos se carga sin cables.
Como de costumbre, el reloj es resistente al polvo y el agua con nivel IP68. También cumple algunas de las pruebas del estándar MIL-STD-810G, sin que se sepa exactamente cuáles. Según Samsung, es totalmente apropiado para su uso durante sesiones de natación y puede soportar caídas más que significativas.
Queda por ver el éxito que cosecha este reloj inteligente que, a priori, parece enmendar algunas de las carencias del existente Watch Active. La desidia incontestable de Google a la hora de actualizar Wear OS ha convertido a Samsung en uno de los pocos fabricantes capaces de plantar cara a Apple gracias al desarrollo de su propia plataforma para wearables, un segmento actualmente dividido entre los modelos de gama alta y las mucho más económicas pulseras cuantificadoras.
Samsung no ha facilitado los precios en euros del Galaxy Watch Active2, pero en Estados Unidos estará disponible a partir del 27 de septiembre por 280 y 300 dólares dependiendo del tamaño escogido. La versión LTE aún no tiene una tarifa conocida.
Tomando nota de las críticas por la pérdida del bisel rotatorio, Samsung ha dotado al Watch Active2 con un nuevo sistema de control que quiere recordar al de modelos anteriores. Tiene truco, puesto que no utiliza un bisel mecánico, sino totalmente electrónico y con respuesta háptica para proporcionar retroalimentación al usuario.
El sistema funciona en contacto con los dedos del portador y permite lanzar aplicaciones de forma rápida en cualquiera de las dos versiones disponibles, puesto que habrá un modelo de 40 mm y otro de 44 mm. En ambos casos la pantalla es Super AMOLED 360 x 360 con una capa protectora de vidrio Gorilla Glass DX+. Bajo ella se sitúa un procesador Exynos 9110 de dos núcleos, 768 MB de RAM (1 GB en los relojes LTE) y 4 GB de almacenamiento.
Las funciones de conectividad incluyen LTE, Bluetooth 5.0, Wi-Fi b/g/n y NFC. En cuanto a la panoplia de sensores, Samsung ha dispuesto de monitorización del ritmo cardíaco mediante ocho fotodiodos, un acelerómetro, un giroscopio, un barómetro, un sensor de luz ambiental y, como gran novedad, un sistema de electrocardiograma que se venía rumoreando desde hace tiempo.
Hace algunas semanas también se supo que Samsung trabajaba en algún sistema de llamada automática en caso de detectar una caída, pero esta prestación no aparece en la ficha final (lo cual no quiere decir que no esté presente en el producto).
La batería es de 247 o 340 mAh para los modelos de 40 y 44 mm, respectivamente. En ambos casos se carga sin cables.
Como de costumbre, el reloj es resistente al polvo y el agua con nivel IP68. También cumple algunas de las pruebas del estándar MIL-STD-810G, sin que se sepa exactamente cuáles. Según Samsung, es totalmente apropiado para su uso durante sesiones de natación y puede soportar caídas más que significativas.
Queda por ver el éxito que cosecha este reloj inteligente que, a priori, parece enmendar algunas de las carencias del existente Watch Active. La desidia incontestable de Google a la hora de actualizar Wear OS ha convertido a Samsung en uno de los pocos fabricantes capaces de plantar cara a Apple gracias al desarrollo de su propia plataforma para wearables, un segmento actualmente dividido entre los modelos de gama alta y las mucho más económicas pulseras cuantificadoras.
Samsung no ha facilitado los precios en euros del Galaxy Watch Active2, pero en Estados Unidos estará disponible a partir del 27 de septiembre por 280 y 300 dólares dependiendo del tamaño escogido. La versión LTE aún no tiene una tarifa conocida.