Hemos visto un buen montón de novedades en el Mobile World Congress de Barcelona, pero mientras que el año pasado el segmento de los wearables y los relojes inteligentes había ocupado buena parte del interés de los fabricantes y sus anuncios, este año las noticias al respecto han sido escasas.
De hecho en este Mobile nos vamos sin apenas nada que reseñar del segmento de los relojes inteligentes: los fabricantes de smartphones han preferido poner toda la carne en el asador en sus nuevos dispositivos y como mucho en dispositivos de realidad virtual. ¿Qué ha ocurrido con los smartwatches?
Una evolución que baja su frenético ritmo
Lo cierto es que el mercado parece estar en una especie de "adolescencia tecnológica" en la cual los dispositivos no parecen poder ofrecer muchas más mejoras de las que ya ofrecen. Las últimas propuestas que vimos en estos meses -el Gear S2 de Samsung es la más notable- no han ido más allá de plantear algunas mejoras de usabilidad, pero ni los relojes basados en Android Wear ni los propios Apple Watch parecen tener prisa por renovarse.
Esa podría ser una de las claves de un segmento que como en el caso de las tablets pareció iniciar su camino con muchas prisas por la renovación. A la primera generación de dispositivos con pantallas cuadradas le siguió otra con diseños circulares, y a los modelos más deportivos también les sucedieron pronto aquellos orientados a poder sustituir a relojes tradicionales en materia de moda y diseño.
Las cosas han ido más despacio en cuanto a mejoras funcionales: Android Wear y watchOS han avanzado de forma progresiva en su oferta de servicios y aplicaciones, pero ninguna de las dos propuestas ha acabado de convencernos del todo de que el reloj inteligente puede aportar algo realmente significativo en muchos escenarios.
La autonomía e independencia del smartwatch, clave para el futuro
Eso puede ser debido en parte a la dependencia de estos dispositivos de los smartphones a los que van asociados, y por esa razón puede que la próxima gran revolución de estos productos no esté en el software, sino en el hardware.
Concretamente en un área: el de su funcionamiento autónomo e independiente, algo que permitiría que no tuviésemos que llevar el móvil en el bolsillo para poder acceder a todas las prestaciones de nuestro reloj inteligente.
Parece que en este Mobile World Congress la tecnología aún no estaba del todo preparada para ello, pero es evidente que hay avances clave en este sentido: los anuncios en materia de eSIM serán especialmente relevantes para el futuro de los smartwatches, los wearables y los dispositivos de la IoT, y quizás esto no haya sido más que un respiro para un mercado que sin duda seguirá dando que hablar en los próximos meses.
La relevancia de las eSIM no está en los smartphones, sino en wearables e IoT
Cuando ayer hablábamos de la SIM virtual o eSIM explicábamos como Telefónica nos había demostrado su funcionamiento con el primer dispositivo que integrará este tipo de tecnología: el próximo mes de abril O2 venderá en Alemania el Galaxy Gear S2 con eSIM, lo que permitirá al producto funcionar como un reloj autónomo de forma más sencilla.
Ya habían aparecido smartwatches con ranura SIM, pero es la primera vez que un dispositivo da el salto a este nuevo estándar que promete convertirse en la referencia en el mercado de los relojes inteligentes, los wearables y la Internet de las Cosas. Las ventajas son claras tanto en la gestión física y distribución -desaparecen, y es el fabricante el que integra estas diminutas tarjetas- como en el acceso a los servicios que ofrecen.
Cierto que las eSIM también tienen sentido en smartphones -la comodidad en el ámbito de cambios de planes de voz y datos o en la contratación de servicios de roaming es evidente- pero las ventajas del estándar se hacen patentes en los dispositivos "ponibles", y los relojes inteligentes parecen pedir a gritos esta mejora.
De momento este tipo de tecnología está en pleno desarrollo, pero es de esperar que mientras que en 2016 solo veremos algunas primeras muestras de su implantación, será en 2017 cuando probablemente asistamos a la revolución que plantean este tipo de tarjetas SIM virtuales.
Y si hay protagonistas para su adopción, esos serán los relojes inteligentes, que por fin podrán ser, además, autónomos e independientes del móvil. Puede que en el MWC 2016 los smartwatches no hayan sido protagonistas de excepción, pero es más que probable que lo sean mucho más en un prometedor MWC 2017 en el que la eSIM estará más asentada. Estaremos atentos a ello.
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Noticia original: Xataka