Desde hace un tiempo una de las pulseras de actividad con mejor reputación es la Mi Band de Xiaomi. Sin embargo si hablamos de pioneros en cuanto a la monitorización de actividad tenemos que hablar de Fitbit. Otras marcas como Garmin también han aportado a este mercado, pero Fitbit se dedica en exclusiva a estos dispositivos, como por ejemplo, la Fitbit Flex 2 que ya hemos analizado previamente. En Gizlogic hemos podido probar durante unos meses uno de sus últimos dispositivos, la Fitbit Charge 2 y esto es lo que nos ha parecido.
Diseño, materiales y unboxing
En el mundo de las pulseras de actividad hay dos grandes grupos, las pulseras que no tienen pantalla y las que sí lo tienen. Las primeras cuentan con diseños generalmente más delgados y en el otro caso, dispositivos algo más grandes.
La pantalla de la Fitbit Charge 2 se ve perfectamente al sol y en interiores.
La Fitbit Charge 2 cuenta con un diseño muy cuidado y elegante. Frontal y trasero negro y laterales metálicos. Esta combinación de materiales y colores hacen de esta pulsera un accesorio perfecto para cualquier situación. No llama particularmente la atención y puede sustituir, sin problemas a tu reloj. Pero no todo son buenas noticias. Personalmente creo que tiene un núcleo bastante grueso. A mi me gusta llevar bien ajustada la correa, pero con este dispositivo, la zona del sensor cardíaco llegaba a ser molesta.
Como es habitual en este tipo de pulseras, podemos extraer la parte electrónica de la correa. En este caso tenemos un cierre muy seguro pero que a la vez es fácil de extraer. Como punto negativo, la pulsera tiene dos partes, que se podrían perder si no se tiene mucho cuidado. Aunque para algunos eso abriría un abanico de posibilidades a la hora de personalizar la pulsera, pudiendo elegir dos colores distintos, por ejemplo. La pulsera por defecto tiene un tacto texturizado, siendo de un plástico grueso y resistente.
En una zona algo abultada encontramos el sensor de ritmo cardíaco.
Sin duda el mayor pero de este dispositivo es que solo es “water proof”. Por lo que, si bien sobrevivirá al sudor, salpicaduras o la lluvia, el fabricante nos recomienda no ducharnos ni nadar con él. Una carencia en un dispositivo que no es precisamente barato.
Cuando adquirimos un producto de gama baja aceptamos que el empaquetado sea de baja calidad o que no incluya una gran cantidad de detalles ni sea especialmente bonito. No es el caso de la Fitbit Charge 2, por supuesto. En este caso contamos con una caja de gran tamaño y con cada elemento bien presentado. En el vídeo que está al principio de la review lo tenéis detallado en vídeo.
Especificaciones técnicas del Fitbit Charge 2
Fitbit Charge 2
Ancho de la pulsera
2,13 cms
Peso
24 g
Colores
Negro/metal
Materiales del reloj
Acero inoxidable y plástico
Material de la correa
Elastómero flexible
Protección IP
No, pero resistencia a salpicaduras y sudor
Correa intercambiable
Sí
Deportes compatibles
Andar, correr*, correr en cintas, pesas, elípticas, ciclismo*, entrenamiento y entrenamiento de intervalos*
Pantalla
Pantalla OLED
1Vibración
Sí
Conectividad
Bluetooth 4.0
Batería
Autonomía de unos 7 días
Idiomas
Multilenguaje
Compatibilidad
Android, iOS, Windows Phone
Sensores
Cardíaco, acelerómetro de 3 ejes y altímetro
* Compatible con GPS
Como es de esperar, si cargamos la pulsera no podremos usarla.
A priori podría parecer que no hay gran diferencia con la Fitbit Charge HR, que ya analizamos en Gizlogic. Una pantalla monocromo y sensor de ritmo cardíaco. Sin duda sobre el papel es realmente similar, pero cuando profundizamos vemos que hay un bastantes de diferencias entre ambas. La pantalla ha crecido bastante, permitiendo mostrar mucha más información a la vez. La batería también, sumando varios días de autonomía. También se han añadido nuevos modos que nos permitirán llevar un seguimiento más detallado de nuestra actividad física.
En cuanto a la medición de la actividad, la Fitbit Charge 2 es bastante precisa. En una caminata de unos 5 kilómetros (monitorizada por GPS), la pulsera midió la distancia con gran precisión (+- 50 metros), bastante más acertada que la Mi Band (1) y el Pebble Time que en mi caso se desviaron cerca de 200 y 150 metros, respectivamente. A la hora de realizar otro tipo de actividades, como elíptica, si bien no he podido compararlo con otro dispositivo similar, los datos sí coincidían con el de la bicicleta. Lo mismo con las pesas y el resto de actividades. En hardware funciona a la perfección y la conexión Bluetooth también es siempre estable. La batería por su parte es genial, unos 7 días que se pueden extender si desactivamos el ritmo cardíaco y las notificaciones. Sin embargo, pasemos a hablar del software, la verdadera marca distintiva de este dispositivo.
Aunque por sí mismo carece de GPS, utiliza el del móvil para ciertas funciones.
El ecosistema Fitbit, donde nace la magia
Es cierto que para ponerse en forma no hace falta nada en realidad. Solo con fuerza de voluntad, ejercicio físico y una buena alimentación podemos mejorar nuestro estado de salud. Sin embargo, la tecnología ha puesto a nuestro alcance dispositivos para ayudarnos a hacerlo de manera más eficiente e incluso más divertido. Fitbit ha llevado ese espíritu al más alto nivel.
Hablar solo de la app de Fitbit es quedarse corto, y no porque esta esté limitada, si no porque tenemos mucho más a nuestra disposición. En lo que respecta a la app, tenemos, además de una visión general con datos como el sueño o la actividad realizada, desafíos con los que conocer partes del mundo a medida que hacemos ejercicio. También encontramos vídeos para guiar nuestra actividad, llamado FitStar. Por último podemos compartir nuestros progresos con nuestros amigos y ver los suyos. Tenéis su uso detallado en la review en vídeo, allí podeís ver las opciones y su uso en general.
A estos datos también podemos acceder a través de nuestro ordenador entrando en la web de Fitbit e iniciando sesión. Pero cuando hablo de ecosistema Fitbit me refiero a que podemos usar la Fitbit Charge 2 para accionar todo tipo automatización, gracias a la compatibilidad con IFTTT. El uso de ambos servicios, junto Twitter, por ejemplo, podría dar lugar a lo siguiente:
Si no he superado mi meta diaria a las 21:00 que se publique en Twitter “Hoy no he movido el culo del sofá porque soy un vago”
Es un ejemplo como otro cualquiera. Si te va el sadismo podrías conectar tu router a la corriente eléctrica con un interruptor WeMo y no permitir que este se encienda hasta que cumplas tu meta diaria, por ejemplo.
Las posibilidad con Fitbit unido a IFTTT rozan el infinito. Nos permitirá forzarnos a hacer nuestra actividad física, compartir nuestros avances en las redes sociales o cualquier locura que se nos ocurra.
Fitbit Charge 2 vs Mi Band 2
Puede que muchos de vosotros os estéis planteando si merece la pena invertir la diferencia que supone la Fitbit Charge 2 o quedarse con la Mi Band 2. Para ello vamos a comparar su hardware y su software.
La web de Fitbit nos permite revisar nuestros progresos.
En cuanto a hardware ambas pulseras son similares. Pantalla monocromo, un botón y sensor de ritmo cardíaco. Sin embargo hay muchas diferencias. En el caso de la Mi Band 2 las lecturas de ritmo cardíaco no son continúas, es decir, solo mide tu pulso cuando lo activamos. La Fitbit Charge 2 mide tu pulso las 24 horas. La Mi Band solo mide los pasos y el sueño, la Fitbit Charge 2 es compatible con un gran número de deportes. Por otro lado, la Mi Band cuenta con certificación IP67, así que nos podremos duchar con ella, cosa que no es posible con la Fitbit. Finalmente, ne lo que respecta a la batería, si bien la de la Mi Band 2 es superior en autonomía, la Fitbit utiliza más servicios y mantiene el sensor de ritmo cardíaco encendido, así que la semana de autonomía resulta suficiente.
El cargador de la Fitbit Charge 2 tiene forma de pinza.
Por lo que respecta al software aquí tenemos un claro ganador. La Fitbit Charge 2 con todo el ecosistema de Fitbit quedan por delante de la Mi Band 2. Aunque sí me gustaría destacar que Mi Fit, la app de la Mi Band, nos permite elegir cualquier app para recibir notificaciones, mientras que la app de Fitbit solo nos deja elegir entre Whatsapp o la app de SMS. Finalmente recordad que la Xiaomi Mi Band 2, ya analizada en Gizlogic tiene un precio notablemente inferior al de la Fitbit Charge 2. Aún así creo que la opción americana nos ofrece una experiencia más completa.
Conclusiones, opinión y precio sobre la Fitbit Charge 2
Le otorgamos este galardón a la Fitbit Charge 2 ya que es de gama alta y su funcionamiento es impecable.
Sin duda la Fitbit Charge 2 me ha hecho cambiar de opinión. Pensé que sería una pulsera similar a la Mi Band o cualquiera china, pero que al ser de una americana tendría un precio más alto. No podía estar más errado. Tanto el hardware como el software de esta pulsera me han sorprendido y agradado a partes iguales. Apenas dos pegas he podido sacarle a un dispositivo que roza la perfección en lo que se propone.
Tanto para un regalo como para ponernos en erio con el fitness la Fitbit Charge 2 resulta una opción muy adecuada. Puedes hacerte con ella en Amazon con envío desde España y todas las ventajas del Premium. Si bien no es la opción más económica del mercado, su precio no es exagerado.
Noticia original: Gizlogic
Diseño, materiales y unboxing
En el mundo de las pulseras de actividad hay dos grandes grupos, las pulseras que no tienen pantalla y las que sí lo tienen. Las primeras cuentan con diseños generalmente más delgados y en el otro caso, dispositivos algo más grandes.
La pantalla de la Fitbit Charge 2 se ve perfectamente al sol y en interiores.
La Fitbit Charge 2 cuenta con un diseño muy cuidado y elegante. Frontal y trasero negro y laterales metálicos. Esta combinación de materiales y colores hacen de esta pulsera un accesorio perfecto para cualquier situación. No llama particularmente la atención y puede sustituir, sin problemas a tu reloj. Pero no todo son buenas noticias. Personalmente creo que tiene un núcleo bastante grueso. A mi me gusta llevar bien ajustada la correa, pero con este dispositivo, la zona del sensor cardíaco llegaba a ser molesta.
Como es habitual en este tipo de pulseras, podemos extraer la parte electrónica de la correa. En este caso tenemos un cierre muy seguro pero que a la vez es fácil de extraer. Como punto negativo, la pulsera tiene dos partes, que se podrían perder si no se tiene mucho cuidado. Aunque para algunos eso abriría un abanico de posibilidades a la hora de personalizar la pulsera, pudiendo elegir dos colores distintos, por ejemplo. La pulsera por defecto tiene un tacto texturizado, siendo de un plástico grueso y resistente.
En una zona algo abultada encontramos el sensor de ritmo cardíaco.
Sin duda el mayor pero de este dispositivo es que solo es “water proof”. Por lo que, si bien sobrevivirá al sudor, salpicaduras o la lluvia, el fabricante nos recomienda no ducharnos ni nadar con él. Una carencia en un dispositivo que no es precisamente barato.
Cuando adquirimos un producto de gama baja aceptamos que el empaquetado sea de baja calidad o que no incluya una gran cantidad de detalles ni sea especialmente bonito. No es el caso de la Fitbit Charge 2, por supuesto. En este caso contamos con una caja de gran tamaño y con cada elemento bien presentado. En el vídeo que está al principio de la review lo tenéis detallado en vídeo.
Especificaciones técnicas del Fitbit Charge 2
Fitbit Charge 2
Ancho de la pulsera
2,13 cms
Peso
24 g
Colores
Negro/metal
Materiales del reloj
Acero inoxidable y plástico
Material de la correa
Elastómero flexible
Protección IP
No, pero resistencia a salpicaduras y sudor
Correa intercambiable
Sí
Deportes compatibles
Andar, correr*, correr en cintas, pesas, elípticas, ciclismo*, entrenamiento y entrenamiento de intervalos*
Pantalla
Pantalla OLED
1Vibración
Sí
Conectividad
Bluetooth 4.0
Batería
Autonomía de unos 7 días
Idiomas
Multilenguaje
Compatibilidad
Android, iOS, Windows Phone
Sensores
Cardíaco, acelerómetro de 3 ejes y altímetro
* Compatible con GPS
Como es de esperar, si cargamos la pulsera no podremos usarla.
A priori podría parecer que no hay gran diferencia con la Fitbit Charge HR, que ya analizamos en Gizlogic. Una pantalla monocromo y sensor de ritmo cardíaco. Sin duda sobre el papel es realmente similar, pero cuando profundizamos vemos que hay un bastantes de diferencias entre ambas. La pantalla ha crecido bastante, permitiendo mostrar mucha más información a la vez. La batería también, sumando varios días de autonomía. También se han añadido nuevos modos que nos permitirán llevar un seguimiento más detallado de nuestra actividad física.
En cuanto a la medición de la actividad, la Fitbit Charge 2 es bastante precisa. En una caminata de unos 5 kilómetros (monitorizada por GPS), la pulsera midió la distancia con gran precisión (+- 50 metros), bastante más acertada que la Mi Band (1) y el Pebble Time que en mi caso se desviaron cerca de 200 y 150 metros, respectivamente. A la hora de realizar otro tipo de actividades, como elíptica, si bien no he podido compararlo con otro dispositivo similar, los datos sí coincidían con el de la bicicleta. Lo mismo con las pesas y el resto de actividades. En hardware funciona a la perfección y la conexión Bluetooth también es siempre estable. La batería por su parte es genial, unos 7 días que se pueden extender si desactivamos el ritmo cardíaco y las notificaciones. Sin embargo, pasemos a hablar del software, la verdadera marca distintiva de este dispositivo.
Aunque por sí mismo carece de GPS, utiliza el del móvil para ciertas funciones.
El ecosistema Fitbit, donde nace la magia
Es cierto que para ponerse en forma no hace falta nada en realidad. Solo con fuerza de voluntad, ejercicio físico y una buena alimentación podemos mejorar nuestro estado de salud. Sin embargo, la tecnología ha puesto a nuestro alcance dispositivos para ayudarnos a hacerlo de manera más eficiente e incluso más divertido. Fitbit ha llevado ese espíritu al más alto nivel.
Hablar solo de la app de Fitbit es quedarse corto, y no porque esta esté limitada, si no porque tenemos mucho más a nuestra disposición. En lo que respecta a la app, tenemos, además de una visión general con datos como el sueño o la actividad realizada, desafíos con los que conocer partes del mundo a medida que hacemos ejercicio. También encontramos vídeos para guiar nuestra actividad, llamado FitStar. Por último podemos compartir nuestros progresos con nuestros amigos y ver los suyos. Tenéis su uso detallado en la review en vídeo, allí podeís ver las opciones y su uso en general.
A estos datos también podemos acceder a través de nuestro ordenador entrando en la web de Fitbit e iniciando sesión. Pero cuando hablo de ecosistema Fitbit me refiero a que podemos usar la Fitbit Charge 2 para accionar todo tipo automatización, gracias a la compatibilidad con IFTTT. El uso de ambos servicios, junto Twitter, por ejemplo, podría dar lugar a lo siguiente:
Si no he superado mi meta diaria a las 21:00 que se publique en Twitter “Hoy no he movido el culo del sofá porque soy un vago”
Es un ejemplo como otro cualquiera. Si te va el sadismo podrías conectar tu router a la corriente eléctrica con un interruptor WeMo y no permitir que este se encienda hasta que cumplas tu meta diaria, por ejemplo.
Las posibilidad con Fitbit unido a IFTTT rozan el infinito. Nos permitirá forzarnos a hacer nuestra actividad física, compartir nuestros avances en las redes sociales o cualquier locura que se nos ocurra.
Fitbit Charge 2 vs Mi Band 2
Puede que muchos de vosotros os estéis planteando si merece la pena invertir la diferencia que supone la Fitbit Charge 2 o quedarse con la Mi Band 2. Para ello vamos a comparar su hardware y su software.
La web de Fitbit nos permite revisar nuestros progresos.
En cuanto a hardware ambas pulseras son similares. Pantalla monocromo, un botón y sensor de ritmo cardíaco. Sin embargo hay muchas diferencias. En el caso de la Mi Band 2 las lecturas de ritmo cardíaco no son continúas, es decir, solo mide tu pulso cuando lo activamos. La Fitbit Charge 2 mide tu pulso las 24 horas. La Mi Band solo mide los pasos y el sueño, la Fitbit Charge 2 es compatible con un gran número de deportes. Por otro lado, la Mi Band cuenta con certificación IP67, así que nos podremos duchar con ella, cosa que no es posible con la Fitbit. Finalmente, ne lo que respecta a la batería, si bien la de la Mi Band 2 es superior en autonomía, la Fitbit utiliza más servicios y mantiene el sensor de ritmo cardíaco encendido, así que la semana de autonomía resulta suficiente.
El cargador de la Fitbit Charge 2 tiene forma de pinza.
Por lo que respecta al software aquí tenemos un claro ganador. La Fitbit Charge 2 con todo el ecosistema de Fitbit quedan por delante de la Mi Band 2. Aunque sí me gustaría destacar que Mi Fit, la app de la Mi Band, nos permite elegir cualquier app para recibir notificaciones, mientras que la app de Fitbit solo nos deja elegir entre Whatsapp o la app de SMS. Finalmente recordad que la Xiaomi Mi Band 2, ya analizada en Gizlogic tiene un precio notablemente inferior al de la Fitbit Charge 2. Aún así creo que la opción americana nos ofrece una experiencia más completa.
Conclusiones, opinión y precio sobre la Fitbit Charge 2
Le otorgamos este galardón a la Fitbit Charge 2 ya que es de gama alta y su funcionamiento es impecable.
Sin duda la Fitbit Charge 2 me ha hecho cambiar de opinión. Pensé que sería una pulsera similar a la Mi Band o cualquiera china, pero que al ser de una americana tendría un precio más alto. No podía estar más errado. Tanto el hardware como el software de esta pulsera me han sorprendido y agradado a partes iguales. Apenas dos pegas he podido sacarle a un dispositivo que roza la perfección en lo que se propone.
Tanto para un regalo como para ponernos en erio con el fitness la Fitbit Charge 2 resulta una opción muy adecuada. Puedes hacerte con ella en Amazon con envío desde España y todas las ventajas del Premium. Si bien no es la opción más económica del mercado, su precio no es exagerado.
Noticia original: Gizlogic
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