El pijama que vigila nuestra salud mientras dormimos
Cada vez más personas llevan en su muñeca un reloj o pulsera inteligente que ofrece información cada mañana sobre el número de horas dormidas, al igual que durante el día cuentan los pasos o la distancia recorrida. Sin embargo, un grupo de investigadores norteamericanos acaban de presentar durante la Conferencia Anual de la Sociedad Americana de Química un nuevo pijama que vigila muchos más parámetros de salud y con más valor diagnóstico.
La prenda está equipada con numerosos sensores autoalimentados que proporcionan, sin afectar al paciente en su descanso, información sobre el ritmo cardíaco, la respiración o la postura.
“Nuestro pijama inteligente solventa numerosos problemas técnicos. Tuvimos que integrar discretamente los elementos de detección y las fuentes de energía portátiles en las prendas cotidianas, al mismo tiempo que mantenemos el peso, la sensación, la comodidad, la función y la robustez de las prendas y telas familiares. También trabajamos con informáticos e ingenieros eléctricos para procesar las innumerables señales que provenían de los sensores para que tuviéramos información clara y fácil de entender”, explica Trisha L. Andrew, quien ha liderado el equipo que está detrás de la prenda.
Numerosos estudios avalan que una buena higiene del sueño repercute positivamente en la salud al reducir el estrés o el riesgo de sufrir dolencias cardiacas, renales o incluso diabetes.
Actualmente, un completo monitoreo del sueño sólo era posible en clínicas dotadas del aparataje necesario y, por otra parte, relojes y pulseras recogen datos muy parciales.
Sistema de fabricación
La clave para conseguir integrar los sensores en una prenda normal reside en un proceso químico denominado deposición de vapor. “Este método nos permite sintetizar un polímero y depositarlo directamente en la fábrica cuando se están fabricando los componentes electrónicos y finalmente los sensores integrados”, detalla Andrew. “A diferencia de la mayor parte de los dispositivos wearables, la películas de polímeros con vapor depositado son lavables e integrables en la ropa y encajan en las rutinas de la producción industrial de ropa”.
El “Phyjama”, como lo llama el equipo de la Universidad de Massachusetts, Amherst, tiene cinco parches textiles discretos con sensores en ellos. Los parches se interconectan utilizando hilos de nylon chapados en plata blindados en algodón. Los cables de cada parche terminan en una placa de circuito impreso del tamaño de un botón colocada en la misma ubicación que un botón de pijama. Los datos se envían de forma inalámbrica a un receptor mediante un pequeño transmisor Bluetooth que forma parte del circuito del botón.
La prenda incluye dos tipos de sensores autoalimentados que detectan “movimientos balísticos” o cambios de presión. Cuatro de los parches son piezoeléctricos. Detectan presiones constantes, como la de una cama contra el cuerpo de una persona. Estos parches primero en su tipo se usan en diferentes partes del pijama para que los investigadores puedan determinar la postura para dormir. Sin embargo, este tipo de sensor no puede captar la leve presión de un corazón que late. El parche triboeléctrico detecta cambios rápidos en la presión, como el bombeo físico del corazón, que proporciona información sobre la frecuencia cardíaca. Esta es la primera vez que se ha demostrado que un sensor de este tipo detecta pequeñas señales balísticas del corazón.