La tendencia 'wearable' se ubica en el mercado a partir de dispositivos interactivos que permiten funciones nunca antes pensadas, como abrazar al usuario o corregir su postura.
La revolución de la indumentaria smart cambió la experiencia textil y sumarle valor a las prendas. Mucho más que suaves, cómodas o funcionales, esta tendencia wearable se posiciona en el mercado a partir de dispositivos interactivos que se llevan en la piel. Una campera de jean que reproduce la sensación de un abrazo reparador, leggins para practicar yoga que avisan si la postura es correcta o accesorios de alta montaña que abrigan a partir de energía solar incorporada.
Ahora, en vez de cierres o botones, la ropa posee en sus costuras hilos invisibles en formato de gadgets que optimizan el desempeño y apelan a la memoria emotiva del usuario.
Entre los diseñadores emergentes volcados a este desafío que combina innovación y diseño se destaca Pauline van Dongen, diseñadora de indumentaria nacida en Amsterdam y especializada en tecnología wearable. Pauline desarrolló la línea de camperones Issho, en denim, que se activan de acuerdo con las sensaciones vividas previamente. Con sensores a la altura de los omóplatos, "la prenda promueve que el usuario viva el presente, el aquí y el ahora, en tiempos donde manda la aceleración constante", señala la diseñadora, graduada en la Universidad Tecnológica de Eindhoven.
"El sensor avisa cuando detecta una experiencia vinculada al sentido del tacto, entonces invita a vivir el momento con más conciencia del presente". Los sensores entretejidos y motores de vibración están unidos a la parte posterior de la chaqueta. Sin aplicaciones ni celulares, la experiencia apenas requiere una batería recargable.
Otro de sus diseños apunta a mejorar la performance en actividades al aire libre y expediciones de alta montaña. En conjunto con la línea de indumentaria sustentable Blue Loop Originals, Pauline desarrolló una campera color grafito de poliéster reciclado e impermeable que cuenta con un cargador portátil de energía solar. Se llama Solar Windbreaker y está equipada con un dispositivo que garantiza 10 horas de carga a smartphones, cámaras y dispositivos USB.
"El diseño empieza y termina con un cuerpo en movimiento", dice Pauline, la diseñadora que se volcó a investigar los nuevos diálogos interactivos desde la indumentaria. Abrigo y carga. Memoria emotiva y moda. Comodidad y posturas correctas. Las funciones integradas son la clave de esta tendencia que combina diseño, tecnología e inteligencia artificial.
En este sentido, la campera térmica Mercury Intelligent Heated Jacket ajusta la temperatura en forma automática a través de una app que se activa sólo con la voz del usuario. La firma Ministry of Supply desarrolló la prenda con dos de los protagonistas clave de esta movida techie: conectividad Bluetooth y sensores térmicos. "Cuanto más utilicemos la campera, más aprenderá de nuestra rutinas para poder personalizar los cambios de temperatura en los diferentes escenarios", señala Aman Advani, fundador de la empresa que nació en la plataforma colaborativa Kickstarter y hoy tiene siete tiendas.
Las funciones integradas son la clave de la indumentaria interactiva e inteligente. Por eso el camino de Playr fue pensado en esa dirección: mejorar el rendimiento deportivo a partir de algoritmos. Deportistas de cualquier disciplina pueden activar la aplicación cuando transpiran la camiseta, una usina de datos que evalúa musculación, fuerza, nutrición, cansancio, medición de distancias y rendimientos personalizados. En alianza con la empresa de análisis deportivos y tecnología Catapult, el dispositivo combina el seguimiento del GPS.
La revolución de la indumentaria smart cambió la experiencia textil y sumarle valor a las prendas. Mucho más que suaves, cómodas o funcionales, esta tendencia wearable se posiciona en el mercado a partir de dispositivos interactivos que se llevan en la piel. Una campera de jean que reproduce la sensación de un abrazo reparador, leggins para practicar yoga que avisan si la postura es correcta o accesorios de alta montaña que abrigan a partir de energía solar incorporada.
Ahora, en vez de cierres o botones, la ropa posee en sus costuras hilos invisibles en formato de gadgets que optimizan el desempeño y apelan a la memoria emotiva del usuario.
Entre los diseñadores emergentes volcados a este desafío que combina innovación y diseño se destaca Pauline van Dongen, diseñadora de indumentaria nacida en Amsterdam y especializada en tecnología wearable. Pauline desarrolló la línea de camperones Issho, en denim, que se activan de acuerdo con las sensaciones vividas previamente. Con sensores a la altura de los omóplatos, "la prenda promueve que el usuario viva el presente, el aquí y el ahora, en tiempos donde manda la aceleración constante", señala la diseñadora, graduada en la Universidad Tecnológica de Eindhoven.
"El sensor avisa cuando detecta una experiencia vinculada al sentido del tacto, entonces invita a vivir el momento con más conciencia del presente". Los sensores entretejidos y motores de vibración están unidos a la parte posterior de la chaqueta. Sin aplicaciones ni celulares, la experiencia apenas requiere una batería recargable.
Otro de sus diseños apunta a mejorar la performance en actividades al aire libre y expediciones de alta montaña. En conjunto con la línea de indumentaria sustentable Blue Loop Originals, Pauline desarrolló una campera color grafito de poliéster reciclado e impermeable que cuenta con un cargador portátil de energía solar. Se llama Solar Windbreaker y está equipada con un dispositivo que garantiza 10 horas de carga a smartphones, cámaras y dispositivos USB.
"El diseño empieza y termina con un cuerpo en movimiento", dice Pauline, la diseñadora que se volcó a investigar los nuevos diálogos interactivos desde la indumentaria. Abrigo y carga. Memoria emotiva y moda. Comodidad y posturas correctas. Las funciones integradas son la clave de esta tendencia que combina diseño, tecnología e inteligencia artificial.
En este sentido, la campera térmica Mercury Intelligent Heated Jacket ajusta la temperatura en forma automática a través de una app que se activa sólo con la voz del usuario. La firma Ministry of Supply desarrolló la prenda con dos de los protagonistas clave de esta movida techie: conectividad Bluetooth y sensores térmicos. "Cuanto más utilicemos la campera, más aprenderá de nuestra rutinas para poder personalizar los cambios de temperatura en los diferentes escenarios", señala Aman Advani, fundador de la empresa que nació en la plataforma colaborativa Kickstarter y hoy tiene siete tiendas.
Las funciones integradas son la clave de la indumentaria interactiva e inteligente. Por eso el camino de Playr fue pensado en esa dirección: mejorar el rendimiento deportivo a partir de algoritmos. Deportistas de cualquier disciplina pueden activar la aplicación cuando transpiran la camiseta, una usina de datos que evalúa musculación, fuerza, nutrición, cansancio, medición de distancias y rendimientos personalizados. En alianza con la empresa de análisis deportivos y tecnología Catapult, el dispositivo combina el seguimiento del GPS.