La mujer que crea obras arte que solo puedes ver con gafas de realidad virtual. / Anna Zhilyaeva
El eterno debate sobre qué es el arte ha encontrado en los últimos tiempos un motivo de controversia más con el mundo de los videojuegos; para muchos, sus extensos guiones perfectamente hilados y la calidad técnica de las imágenes que observamos los dotan de una narrativa propia de cualquier obra (como sucede con el cine); para otros, son un mero producto comercial más relacionado con el entretenimiento que otra cosa. Se trata de un debate similar al que ha surgido en torno a la realidad virtual; más aún, después de que algunos autodenominados artistas hayan empezado a crear obras imposibles de ver sin unas gafas VR.
Es el caso de Anna Zhilyaeva, una mujer que ha hecho de la realidad virtual su nueva disciplina artística y que ya acumula unas decenas de obras que se pueden visitar en su página web: van desde bodegones tridimensionales hasta coloridos bustos, pasando por ciudades y paisajes imposibles en mitad del espacio. Resulta casi imposible describir sus creaciones porque apenas existen referencias anteriores a esta mujer y un selecto grupo de artistas que versan el extraño y complejo arte de dar pinceladas en el aire.
Lo más impresionante no es solo el resultado de su trabajo, sino su increíble velocidad con la que puede llegar a pintar sus obras. En este sentido, la actuación más célebre de Zhilyaeva tuvo lugar en el Museo del Louvre de París en agosto del año pasado cuando, en cuestión de minutos, lograba reproducir digitalmente el mítico cuadro La Liberté Guidant le Peuple ("La libertad guiando al pueblo"), de Eugène Delacroix.
El eterno debate sobre qué es el arte ha encontrado en los últimos tiempos un motivo de controversia más con el mundo de los videojuegos; para muchos, sus extensos guiones perfectamente hilados y la calidad técnica de las imágenes que observamos los dotan de una narrativa propia de cualquier obra (como sucede con el cine); para otros, son un mero producto comercial más relacionado con el entretenimiento que otra cosa. Se trata de un debate similar al que ha surgido en torno a la realidad virtual; más aún, después de que algunos autodenominados artistas hayan empezado a crear obras imposibles de ver sin unas gafas VR.
Es el caso de Anna Zhilyaeva, una mujer que ha hecho de la realidad virtual su nueva disciplina artística y que ya acumula unas decenas de obras que se pueden visitar en su página web: van desde bodegones tridimensionales hasta coloridos bustos, pasando por ciudades y paisajes imposibles en mitad del espacio. Resulta casi imposible describir sus creaciones porque apenas existen referencias anteriores a esta mujer y un selecto grupo de artistas que versan el extraño y complejo arte de dar pinceladas en el aire.
De hecho, no hay nadie que lleve más de cinco años en el mundillo de la pintura con gafas VR; desarrollada en 2014 y mejorada año tras año después de que cayese en manos de Google en el año 2016, la aplicación Tilt Brush (que utiliza la realidad virtual para crear pinturas en 3D a escala de una habitación) ha creado una nueva forma de arte: pintura en tres dimensiones materializada en el aire.
En este sentido, la artista rusa Anna Zhilyaeva, quien vive actualmente en Francia, fue una de las primeras en sentirse atrapada por la novedad y hoy en día protagoniza un espectáculo en el que utiliza una gran pantalla para que el público pueda visualizar el resultado de lo que crea con sus pinceles virtuales.Lo más impresionante no es solo el resultado de su trabajo, sino su increíble velocidad con la que puede llegar a pintar sus obras. En este sentido, la actuación más célebre de Zhilyaeva tuvo lugar en el Museo del Louvre de París en agosto del año pasado cuando, en cuestión de minutos, lograba reproducir digitalmente el mítico cuadro La Liberté Guidant le Peuple ("La libertad guiando al pueblo"), de Eugène Delacroix.