Apple ha aprovechado este último fin de semana para recibir la aprobación en Europa de una patente que viene a ser el primer rastro de lo que todos pensamos que va a ser el futuro de los cascos o gafas de realidad aumentada y virtual. En el documento podemos ver cómo Apple busca salvar el escollo más importante de los dispositivos AR/VR actuales, que es su tamaño.
La patente habla explícitamente de cómo ahora mismo los accesorios que nos permiten interactuar con interfaces de realidad virtual son grandes, pesados e incómodos. La consecuencia es que no pueden utilizarse demasiado, ya que con el tiempo acaban mareando o incluso provocar dolores al usuario. Para solucionarlo, Apple propone unas gafas con posicionadores que proyecten pantallas delante de los ojos de los usuarios.
Las lentes que serían capaces de hacer eso, además, podrían incluir detectores que corregirían cualquier error de refracción y detectarían la luz que rebota de nuestros ojos para así poder proyectar la imagen con la mayor definición posible. Y todo esto sabiendo calibrarse para todos aquellos que tengan miopía, hipermetropía o cualquier otra dolencia visual que se pueda corregir cambiando el enfoque y la distancia de las imágenes proyectadas.
Los que llevan gafas y hayan probado cascos de realidad virtual o aumentada sabrán de lo que hablo, porque es muy incómodo tener que colocarse esos cascos por encima de las gafas que necesitamos para ver. Eliminar eso y además conseguir reducir el dispositivo a algo que se asemeje de verdad a unas gafas puede significar un antes y un después para esta industria. Poco a poco se van dando pasos.
La patente habla explícitamente de cómo ahora mismo los accesorios que nos permiten interactuar con interfaces de realidad virtual son grandes, pesados e incómodos. La consecuencia es que no pueden utilizarse demasiado, ya que con el tiempo acaban mareando o incluso provocar dolores al usuario. Para solucionarlo, Apple propone unas gafas con posicionadores que proyecten pantallas delante de los ojos de los usuarios.
Las lentes que serían capaces de hacer eso, además, podrían incluir detectores que corregirían cualquier error de refracción y detectarían la luz que rebota de nuestros ojos para así poder proyectar la imagen con la mayor definición posible. Y todo esto sabiendo calibrarse para todos aquellos que tengan miopía, hipermetropía o cualquier otra dolencia visual que se pueda corregir cambiando el enfoque y la distancia de las imágenes proyectadas.
Los que llevan gafas y hayan probado cascos de realidad virtual o aumentada sabrán de lo que hablo, porque es muy incómodo tener que colocarse esos cascos por encima de las gafas que necesitamos para ver. Eliminar eso y además conseguir reducir el dispositivo a algo que se asemeje de verdad a unas gafas puede significar un antes y un después para esta industria. Poco a poco se van dando pasos.