Desde los inicios de los relojes inteligentes Samsung ha insistido en crear una pieza que les dé sentido para la mayoría de público. El Samsung Galaxy Watch es una renovación basada en grandes smartwatchs de los últimos años, como los Samsung Gear S2, Gear S3 y Gear Sport.
Seguramente le correspondería el nombre de Samsung Gear S4, pero los coreanos han decidido que ya era hora de unificar la nomenclatura de sus relojes con la ya muy conocida de sus móviles con la marca Galaxy
El Samsung Galaxy Watch está disponible en dos tamaños: 49 x 46 mm (63 g y correas de 22 mm) y 45.7 x 42 mm (49 g y correas de 20 mm). Las diferencias, además el tamaño, están en los colores: plateado para el grande, negro y oro rosa para el pequeño. Ambos con un grosor de casi 13 mm, la batería se ve recortada al 57 % en el modelo pequeño.
Si eres como yo y te gustan los relojes grandes, pero tienes una minúscula muñeca, Samsung ha pensado en ti y en la caja vienen incluidas dos correas, una grande y una pequeña. De todas formas, como usa correas estándar, puedes comprar cualquiera por Internet o en tu relojería de confianza.
En el aspecto visual nos recuerda al Samsung Gear S3, pero mezclando sus variantes “Frontier” (más deportiva) y “Classic” (más clásica). Un híbrido entre dos estilos; entendible dado que no tenemos diferentes estilos en el Galaxy Watch.
Fabricado en acero inoxidable, dando un aspecto muy clásico a la vez que detalles como los botones con textura o las marcas en la esfera le dan el aspecto deportivo. Su construcción le otorga la certificación de resistencia militar MIL-STD-810G e IP68; permitiendo sumergirlo a 50 m e incluso usarlo en natación.
La parte interna que toca nuestra piel es de plástico (a algunas personas el metal de los relojes les hace reacción en la piel, así que está muy bien), de tacto muy suave. El sensor de ritmo cardiaco sobresale un poco más para incrustarse en la piel y medir mejor. No es incómodo.
La correa de silicona me ha gustado bastante. Es suave, hace muy cómodo llevar el reloj y toma perfectamente la forma de la muñeca sin hacer amago de soltarse de los agarres. Incluso tras salir del agua sigue siendo cómodo llevarla.
Para proteger la pantalla de 1.3 pulgadas (1.2 en el pequeño) usa Corning Gorilla Glass DX+, un cristal creado para obtener muchísima más resistencia al rayado que en un móvil. Se nota el grosor.
Para usar el Samsung Galaxy Watch tienes que vincular un móvil compatible que al menos tenga la versión 5.0 de Android y 1.5 GB de memoria RAM. Necesitarás la aplicación Galaxy Wear en tu móvil. Esta te irá guiando paso a paso.
Si tienes un teléfono Samsung te será muy fácil hacer la configuración inicial, pues todo lo necesario viene incluido ya en la capa Samsung Experience instalada en tu móvil. En cambio, si es otro Android, necesitarás instalar varias aplicaciones (la aplicación Galaxy Wear te guiará) para que funcionen correctamente todas las opciones.
Para disfrutar al máximo de todas las funciones compatibles en un Android cualquiera necesitarás instalar:
Seguramente le correspondería el nombre de Samsung Gear S4, pero los coreanos han decidido que ya era hora de unificar la nomenclatura de sus relojes con la ya muy conocida de sus móviles con la marca Galaxy
El Samsung Galaxy Watch está disponible en dos tamaños: 49 x 46 mm (63 g y correas de 22 mm) y 45.7 x 42 mm (49 g y correas de 20 mm). Las diferencias, además el tamaño, están en los colores: plateado para el grande, negro y oro rosa para el pequeño. Ambos con un grosor de casi 13 mm, la batería se ve recortada al 57 % en el modelo pequeño.
Si eres como yo y te gustan los relojes grandes, pero tienes una minúscula muñeca, Samsung ha pensado en ti y en la caja vienen incluidas dos correas, una grande y una pequeña. De todas formas, como usa correas estándar, puedes comprar cualquiera por Internet o en tu relojería de confianza.
En el aspecto visual nos recuerda al Samsung Gear S3, pero mezclando sus variantes “Frontier” (más deportiva) y “Classic” (más clásica). Un híbrido entre dos estilos; entendible dado que no tenemos diferentes estilos en el Galaxy Watch.
Fabricado en acero inoxidable, dando un aspecto muy clásico a la vez que detalles como los botones con textura o las marcas en la esfera le dan el aspecto deportivo. Su construcción le otorga la certificación de resistencia militar MIL-STD-810G e IP68; permitiendo sumergirlo a 50 m e incluso usarlo en natación.
La parte interna que toca nuestra piel es de plástico (a algunas personas el metal de los relojes les hace reacción en la piel, así que está muy bien), de tacto muy suave. El sensor de ritmo cardiaco sobresale un poco más para incrustarse en la piel y medir mejor. No es incómodo.
La correa de silicona me ha gustado bastante. Es suave, hace muy cómodo llevar el reloj y toma perfectamente la forma de la muñeca sin hacer amago de soltarse de los agarres. Incluso tras salir del agua sigue siendo cómodo llevarla.
Para proteger la pantalla de 1.3 pulgadas (1.2 en el pequeño) usa Corning Gorilla Glass DX+, un cristal creado para obtener muchísima más resistencia al rayado que en un móvil. Se nota el grosor.
Para usar el Samsung Galaxy Watch tienes que vincular un móvil compatible que al menos tenga la versión 5.0 de Android y 1.5 GB de memoria RAM. Necesitarás la aplicación Galaxy Wear en tu móvil. Esta te irá guiando paso a paso.
Si tienes un teléfono Samsung te será muy fácil hacer la configuración inicial, pues todo lo necesario viene incluido ya en la capa Samsung Experience instalada en tu móvil. En cambio, si es otro Android, necesitarás instalar varias aplicaciones (la aplicación Galaxy Wear te guiará) para que funcionen correctamente todas las opciones.
Para disfrutar al máximo de todas las funciones compatibles en un Android cualquiera necesitarás instalar: