Samsung cogió el estilo del Gear S3 y le ha añadido algunas características para hacer un reloj deportivo orientado a todo tipo de actividades. El Gear Sport cuenta con una pantalla táctil OLED de 1.2 pulgadas y resolución de 360 x 360 píxeles, con la esfera de reloj rotatoria para interactuar con ella sin taparla y dos botones de selección. Utiliza correas estándar de 20 mm sujeta con pines.
Incluye el procesador Exynos 7270 de doble núcleo a 1 GHz y 768 MB de RAM, que para este tipo de reloj es suficiente, además de los habituales 4 GB de almacenamiento, que se pueden utilizar para descargar música en él e instalar otras aplicaciones de la tienda Tizen de Samsung. Su diseño puede resultar algo aparatoso para ciertos usuarios, pero no difere mucho de otros relojes inteligentes o relojes deportivos.
Tiene wifi, Bluetooth, NFC —para realizar pagos sin contacto con Samsung Pay— y GPS/GLONASS, indispensable para dejar el móvil en casa al salir a hacer ejercicio. Está hecho a prueba de agua pudiéndose sumergir a 5 ATM, por lo que sirve para una variedad más extensa de deportes, incluido el ciclismo, carrera o natación. También tiene un lector de ritmo cardíaco suficientemente fiable. La duración de su batería de 300 mAh es la habitual de dos o tres días de uso normal, o de unas horas con el GPS activado.