El Gear S2 lo podríamos afrontar como algo nuevo por parte de Samsung – su primer smartwach redondo – pero también como su séptimo intento en los “wearables” para la muñeca. En el camino se han quedado intentos desde lo más variopinto hasta conceptos bastante interesantes para culminar en lo que parece, y en más de un sentido, primer producto “redondo” de los coreanos en la categoría.
Tras deslumbrar en el pasado IFA por diseño, el Samsung Gear S2 llega a nuestro banco de pruebas con varias asignaturas sobre la mesa. ¿Es realmente tan bueno como parecía a primera vista el interfaz de la corona en el día a día? ¿Acierta Samsung con la apuesta por Tizen para sus relojes? ¿Va a acabar de rematar el año Samsung tras el gran nivel de los S6? Más de una semana con el reloj nos ha permitido responder a estas preguntas.
Gear S2, review en vídeo del nuevo reloj de Samsung
¿Qué mejor que empezar viendo al Gear S2 en acción? De entrada aquí tenéis la review en vídeo
Samsung Gear S2, principales especificaciones
Antes de arrancar con nuestro análisis, vamos a repasar el conjunto de tecnologías con que Samsung ha equipado su primer smartwatch redondo. Hay que tener en cuenta que hay aspectos que varían entre las distintas versiones (Gear S2, Gear S2 Classic y Gear S2 3G que no veremos en la mayoría de países)
Samsung Gear S2, especificaciones técnicas
Dimensiones físicas 42.3 x 49.8 x 11.4 mm 47 gramos en la versión básica; 39.9 x 43.6 x 11.4 mm 42 gramos en el Classic; 44.0 x 51.8 x 13.4 mm 51 gramos en el 3G
Pantalla 1.2 pulgadas circular Super AMOLED. Protección Gorilla Glass 3
Resolución 360 x 360 píxeles; 302ppi
Procesador Exynos 3250 a 1GHz; versión 3G viene con Qualcomm Snapdragon 400
RAM 512 Mb
Memoria 4 GB (no ampliable microSD)
Versión software Tizen para wearables
Extras Resistencia agua IP68
Conectividad 802.11n Wifi, Bluetooth 4.1, NFC; la versión 3G añade conectividad 3G con soporte e SIM
Sensores Acelerómetro, giroscopio, ritmo cardíaco, luz ambiental, barómetro; la versión 3G añade GPS
Batería 250mAh versión básica y Classic; 300 mAh versión 3G (no extraíbles)
Precio 349 euros (en Amazon); la versión Classic se va a los 379 euros (Amazon)
La idea de reloj conectado tras el Gear S2
Quizás lo primero que tendríamos que afronta para clasificar el Gear S2 es la idea de smartwatch que hay detrás. Echando un vistazo al histórico de Samsung podemos subrayar que el principal cambio es el paso de la acumulación de funcionalidades en pro del diseño de producto y de interacción.
Nada de cámaras integradas en el reloj, nada de atender llamadas llevándonos la muñeca a la boca. El Gear S2 encaja mucho más en la filosofía de producto que hemos visto en el mercado el último año. La búsqueda de un diseño que huya del tamaño y estética de una "cosa muy tecnológica en la muñeca" y que en lo funcional se apalanque en ser un visualizador de las notificaciones en el móvil.
A eso hay que sumar que Samsung parece abandonar la idea de poner muros entre su ecosistema y el resto. El Gear S2, a pesar de no venir con el sistema operativo Android Wear, es compatible con teléfonos Android de otros fabricantes. De hecho para su prueba hemos utilizado tanto un S6 Edge como un OnePlus One, en ambos casos la experiencia a través de la aplicación dedicada a la gestión del reloj ha sido idéntica.
Aquí el requisito es disponer de al menos 1.5 GB de memoria RAM y tener Android 4.4, aunque no todos los que lo cumplen permitirán que asociemos nuestro reloj con ellos, conviene echar un vistazo a la amplia lista en la web de Samsung.
Por último hay un aspecto en el diseño de producto en el que un análisis siempre debería hacer un esfuerzo por separar la preferencia estética personal y el valor del diseño para conseguir el producto que el fabricante busca. Gear S2 se aleja del posicionamiento “techie” que destilaban los anteriores relojes de Samsung: antes bien son un producto de diseño que tampoco emula el posicionamiento de reloj de gama alta, están mucho más en el punto de de ser casuales y frescos, deportivos quizás con un pequeño toque futurista.
Los tipos de Gear S2
Aunque todos tienen el mismo tamaño de esfera, Samsung viene al mercado con varios tipos de Gear S2. Una primera clasificación la podemos hacer entre el "normal" o "básico", que es el que hemos probado para este análisis, y el Classic.
Gear S2 Classic
El Classic pretende posicionarse como más adulto más orientado a competir con un moto 360 o un Huawei Watch, con correa de cuero y más oscuro. El Gear S2 básico apunta a una estética y materiales más casuales, ambos comparten el tamaño de la esfera.
Por último tenemos una versión 3G del Gear S2 básico. Aunque en todos podemos añadir auricular bluetooth, sólo la versión 3G es la que ofrece una conectividad (añade GPS) que lo hace idóneo para salir sin el móvil. Sobre todo a la hora de hacer deporte, medir lo recorrido y tener el mapa a la vez que uno tiene conexión, algo que con el modelo que hemos analizado no es posible.
Este último va a ser difícil que lo veamos en acción. De entrada en España ni se plantea su comercialización de momento. La conectividad se articula a través del estándar e-SIM, de forma que Samsung no sacrifica diseño para introducir un slot con el que introducir y sacar una tarjeta. El precio a pagar es que sólo se verá esta versión 3G en los países en los que las operadoras y el marco legal lo permitan.
Con el Samsung Gear S2 en la muñeca, empezamos a utilizarlo
La primera asignatura con un smartwatch es la del tamaño, grosor y peso. El Gear S2 sale muy bien parado: sienta genial en la muñeca, resulta muy ligero y tiene un balance estupendo entre tamaño y peso.
Cierto es que, como apuntábamos, la apuesta de un único tamaño de esfera complica lo de gustar a todos. Servidor, por ejemplo, prefiere reloj grande y de apuesta estética más adulta (en este sentido el Classic me gusta más aunque en esa categoría creo que Motorola tiene todavía un punto superior en diseño), Gear S2 se sitúa en un terreno en el que todavía encaja en el tipo de reloj con público en los dos géneros y apetencias por tamaño.
Difícil conseguir que un smartwatch pueda pasar por un reloj convencional mejor que el Gear S2
Una mala noticia, el sistema de correas es propietario, por lo que el mercado de correas alternativas disponible para nuestro Gear S2 no es demasiado amplio. Sí que habrá - de hecho tenemos en el mercado para la salida - correas de terceros (algunas con pedigrí) y en las pruebas que hemos hecho, cambiarlas resulta fácil.
La de nuestra unidad de prueba, que es la que viene con el producto básico, es de silicona y tiene tacto de plástico. Para algo más adulto o elegante podemos optar por cambiar la correa de este Gear S2 normal o irnos a la versión Classic.
La esfera es de acero inoxidable, que no hace nada pesado el reloj. Lo más importante es el bisel giratorio sobre ella - más sobre él más adelante - y los dos botones en el lateral. Difícil conseguir que un smartwatch pueda pasar por un reloj convencional mejor que el Gear S2, siendo una de las asignaturas a las que Samsung tenía que afrontar si recordamos el espectacular pantallón curvo del anterior Gear S
El cargador del Gear S2 es inalámbrico. Funciona muy bien, la carga es rápida y añade la mejora respecto a otros (se me viene a la cabeza el del Moto 360) el ser magnético, lo que ayuda a que no se mueva y pueda suceder que dejamos el reloj en él y que no se esté cargando. Eso sí, como con otros relojes, el sacrificar el microUSB en la esfera del dispositivo supone que a la hora de viajar tenemos que acordarnos sí o sí de llevar este otro añadido que es el cargador inalámbrico.
Por último varios añadidos muy reseñables. Cuatro gigas de disco para almacenar música en el reloj, imágenes y vídeos y los datos de las aplicaciones. Quedan 2.5 gigas disponibles para el usuario con el sistema y algunas aplicaciones recién instaladas.
El mecanismo del bisel, la idea detrás de él, la ejecución, la experiencia de usuario completa con él... resultan magníficos
Trae NFC para el soporte de Samsung Pay y ese futuro de llegar a pagar con el reloj; también sensor de frecuencia cardíaca, muy bien integrado también con el servicio de Samsung, S Health; por último IP68 con resistencia al agua para que podamos ducharnos o llevarlo bajo la lluvia sin problemas.
Un pantalla circular para un reloj redondo
Samsung puede haber hecho muchos intentos, puede haber llegado más tarde al reloj circular, pero lo que ha conseguido con el interfaz basado en el bisel giratorio es una pequeña maravilla de la usabilidad. El mecanismo, la idea detrás de él, la ejecución, la experiencia de usuario completa con él... resultan magníficos.
En este aspecto el Gear S2 funciona perfecto y consigue articular el mejor control físico para un smartwatch que he probado hasta ahora . Sirve muy bien para movernos entre opciones (lista de apps por ejemplo que se alinean en el círculo), pero también para hacer scroll en pantalla. Lo mejor, mientras interactúas tienes toda la pantalla al no estorbar ni tapar nada con la mano.
El resto del interfaz lo completan la pantalla táctil junto a dos botones físicos. Uno de "atrás" y otro de ir a la pantalla con la hora desde cualquier punto (excepto si estamos en la de la hora, en cuyo caso nos lleva a la pantalla de lista de apps).
Lo cierto es que puede resultar algo complejo de entrada (sobre todo cuando botón atrás y home hacen lo mismo en según que contextos, quizás aquí hubiese sido deseable simplificar y todo se puede hacer también táctil), pero el resultado final es de una experiencia sobresaliente una vez que te has acostumbrado. Gran trabajo de Samsung aquí
La pantalla - recordemos Super AMOLED de 1.2 pulgadas con una resolución de 360x360 (302 ppi) - es de notable alto. Ofrece negros fulgurantes que además Samsung aprovecha muy bien al poner la interfaz siempre sobre dicho color.
Permite 10 niveles de brillo pero no hay posibilidad de establecer el brillo automático según la luz ambiente. Esto provoca el pequeño problema de no adaptarse al contexto y, por consiguiente, optimizar el consumo de batería. Muy bien en exterior, también en interior e incluso ofrece buena experiencia viendo fotos. En mi caso he acabado estableciendo el brillo al 7, consiguiente un buen balance entre la experiencia y la autonomía.
En diseños de las “watch faces” al ser tizen y no android wear, estamos muy lejos de todas las posibilidades que permite a día de hoy el competidor creado por Google
Algo que también me ha resultado muy apreciable es que se trata reloj en el que podemos dejar siempre la pantalla “encendida”, en un modo que si bien no muestra los colores y el diseño completo que hayamos elegido, sí que da siempre la hora cuando echemos un ojo a la muñeca sin esperar gesto alguno. Este punto resuelve ese pequeño problema de muchos relojes conectados: como se vuelven a negro para ahorrar batería hasta que hacemos un gesto con la muñeca, sucede que muchas veces no lo detectan bien... y nos quedamos mirando la nada sin saber la hora hasta que repetimos el giro de antebrazo.
Con Tizen en el reloj
Tizen se basa en que por un lado tenemos un listado de widgets y por otro el listado de aplicaciones. En ambos casos son configurables y podemos decidir cuáles aparecen; algunos de hecho como el calendario completo de un mes en una pantalla de 1.2 pulgadas no parecen demasiado útiles.
Sucede, eso sí, que el combo de bisel más dos botones junto a las dos pantallas de widgets y aplicaciones dan como resultado una experiencia con cierta curva de aprendizaje. Samsung tiene una asignatura con la simplicidad del reloj, algo aliviada por el hecho de que la experiencia con el bisel es tan buena que cuesta poco esfuerzo invertir tiempo en ella.
Algo que sí está muy bien resuelto es el control de la reproducción de música en el móvil. Tras probar Spotify y Google Music es uno de esos pequeños casos de uso en que uno valora un smartwach
En diseños de las “watch faces” al ser tizen y no android wear, estamos muy lejos de todas las posibilidades que permite a día de hoy el competidor creado por Google. Samsung ofrece de entrada casi dos decenas y algunas de diseñadores famosos (por ejemplo de Agatha Ruiz de la Prada), además de poder adaptar desde las versiones básicas para crear la que queremos (aquí sin demasiadas opciones de momento).
Cómo os anticipábamos, Gear S2 es un gran visor de notificaciones. Podemos controlar de qué aplicaciones y, en algunos casos, gestionarlas con funcionalidades como responder a mensajes. Para ver las notificaciones no hace falta nada desde el desarrollador, el reloj gestiona todo. Para llegar a ellas, girar bisel a la izquierda y ahí están agrupadas por app. Con el bisel podemos hacer scroll y verlo todo en el reloj, hasta correos largos. También podemos descartar cada notificación, algo que se sincroniza con el móvil en el queda descartada a su vez.
Para responder tenemos voz y.... un teclado T9 integrado en el reloj para funcionar de forma táctil. Por supuesto esto último no es lo más adecuado, es el tipo de funciones en que uno reconoce a la Samsung de hace años y que si acaso puede probar una vez como curiosidad, pero poco más.
He probado a gestionar correos Gmail, conversaciones hangouts y hasta mensajes de Whatsapp y en este conjunto de apps populares todo va como la seda. Eso sí, la lista de aplicaciones compatibles no es muy extensa en el caso de Tizen, gran punto débil de la plataforma, y con la mayoría del resto no tendremos una integración fuerte que permita la gestión más allá de ver la notificación y descartarla.
Algo que sí está muy bien resuelto es el control de la reproducción de música en el móvil. Tras probar Spotify y Google Music es uno de esos pequeños casos de uso en que uno valora un smartwach: poder dejar el móvil a un lado e ir pasando canciones sólo con el reloj. De hecho Samsung ha integrado este reproductor con mucha jerarquía en el reloj, está en el menú que se despliega al hacer scroll táctil hacia abajo junto a la información de autonomía y el control de brillo.
En todo caso con Tizen hay que volver a la flaqueza en la oferta de terceros sobre él. Hay muy pocas apps comparadas con los ecosistemas de Android Wear y Apple Watch. Algo que se echa en falta son las de deportes (tienen Nike+ pero falta Runtastic, Endomondo...) o Google Maps (tienen Here pero este no ni de lejos tan bueno). También sería deseable que en mensajería se pudisese ser proactivo (mandar un whatsapp sin ser sólo reactivos a una notificación) o escoger Onenote/Evernote/Keep para guardar notas de voz.
En mi caso, contando todas las ausencias, lo peor llega en los mapas. Uno de los casos de uso de smartwatch que más me gustan es lo de poder seguir un mapa con el reloj y sus vibraciones, sin perderme el paisaje, la ciudad, por ir atento a las instrucciones del móvil. Con el Gear S2 me ha resultado imposible conseguir hacer un sólo trayecto bien.
En la parte de cuantificación, tenemos S Health que ha mejorado mucho. Ha dado un paso adelante con la integración del ritmo cardíaco, también en la parte "ludificada" de retos e insignias... aunque como el resto del sector, sigue por detrás de Fitbit y su capa social que en este aspecto continúa siendo el rey.
En definitiva Tizen es una elección estratégica complicada: Samsung va sólo con él, por un lado parte de muy pocas aplicaciones, pocos diseños para la pantalla del reloj y los desarrolladores tienen incentivos para hacer todo esto para plataformas con más volumen; por otro les da autonomía para hacer cosas diferentes como el bisel giratorio o integrar Samsung Pay. El debate a futuro es si Samsung va a tener fuerza por si sólo para empujar Tizen en relojes como tercera plataforma con posibilidades o no... y no tengo nada clara la respuesta a esta pregunta.
La voz
Las dudas a futuro no se quedan ahí. Mi impresión es que a largo plazo la ausencia de un asistente a lo Cortona Cortana / Siri / Now en Tizen les puede pasar factura. El interfaz ideal para un reloj será la voz, pero la voz ahora mismo es un punto débil del Gear S2, no una fortaleza.
Podemos dictar textos y en esos casos va razonablemente bien. Queda un poco peor que otras soluciones que hemos probado como Microsoft o Google a la hora de detectar cuando hemos dejado de hablar, de discriminar bien del todo entre voz y ruido de fondo. Además de momento el listado de comandos para gestionar las posibles acciones se queda corto.
No es que la competencia haya llegado al nirvana del procesamiento del lenguaje natural y la perfecta integración, pero al menos ha empezado el camino. Si no fuera porque Microsoft tiene sus propios planes en wearables, uno estaría por pedirle que le cediese Cortana a Samsung para crear juntos una experiencia mucho mejor en el S2. Infelizmente para Samsung, eso no parece que vaya a pasar.
Autonomía
Gear S2 pasa la frontera del día. Es de entrada el punto crítico a partir del cuál podemos considerar aceptable - de forma relativa, comparado con el mercado - un reloj conectado. En el uso que hemos dado (pantalla siempre activa, el móvil pendiente de escuchar nuestro comando de voz para activarse, y luego un uso medio habitual de comprobar actualizaciones y cuantificación varias veces al día, gestionar spotify a ratos en dos trayectos en transporte público y jugar un poco con el interfaz a ratos muertos), va sobrado para darnos un día y medio.
Con un uso más intensivo (ej con auriculares bluetooth, más brillo…) difícil que nos deje sin el día de autonomía. No es el smartwatch con más autonomía que hemos probado (de hecho Apple Watch nos ha ido un poco mejor), pero no está mal para esa batería de 250 mAh. Buen trabajo de Samsung en este aspecto.
La opinión de Xataka
Samsung en su mejor estilo. Un montón de intentos hasta dar con una fórmula en la que han aunado lo mejor de ellos en su faceta clásica (un hardware puntero) con la mejor cara que este año han enseñado en sus s6, diseño junto a una gran experiencia de usuario.
A eso han sumado el mecanismo de interacción que mejor se ha integrado en el diseño de un reloj clásico: el uso del bisel giratorio es todo un hallazgo y pone el listón muy alto.
En diseño creemos que han hecho un trabajo excelente, aunque por tamaño y estética entremos en ese terreno de lo subjetivo. Lo fundamental es que se han dejado de relojes anclados en una idea muy "techie", con muchas funcionalidades y han pasado a buscar antes de nada que sea un reloj de corte mucho más casual.
Tizen funciona muy bien pero en ecosistema queda muy por detrás. Ese apartado y el menor desarrollo de asistente por voz es la mayor sombra en el Gear S2 y la estrategia de Samsung.
Por último: es un smartwatch. Eso significa que a día de hoy es un visor de notificaciones en la muñeca con pocos usos adicionales más allá de evitarnos sacar el móvil en determinados contextos. Es una compra mucho más guiada por el diseño y lo emocional que porque resuelvan un problema acuciante a día de hoy. Hace poco, pero lo que hace bien lo hace muy bien, hasta el punto de que para los no muy convencidos de la idea de smartwatch como un servidor empiece a plantearse que podría tener más recorrido del que uno creía.
Una vez asumido todo eso, el Gear S2 tiene muchas papeletas para competir por el mejor del año de la categoría.
8
Diseño9
Pantalla9,25
Software7
Autonomía5,75
Interfaz9
El reloj ha sido cedido para la prueba por Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
A favor- El mecanismo del bisel va fantástico
- Un smartwatch que a primera vista es indistinguible de un reloj
- Pantalla espectacular
- Compatible con otros fabricantes de smartphones
- Autonomía escasa, exige llevar cargador extra a viajes
- Ecosistema de apps muy corto para Tizen
- El uso mediante voz muy limitado, ausencia asistente
- Dudas a futuro con Tizen
Noticia original: Xataka