Google, uno de los gigantes de la tecnología actual, no entiende de fronteras: quiere estar en todos los países y todos los sectores del mercado tecnológico, sobre todo en uno de los que más está en auge, el de los relojes y pulseras inteligentes. Pero, ¿esto qué implica para los usuarios de Fitbit ahora que Google ha comprado la compañía?
El viernes conocíamos definitivamente la noticia que llevábamos oyendo en rumores, Google había comprado Fitbit por 1,8 mil millones de euros para hacerse con la marca de dispositivos wearables. Fitbit es una de las 10 marcas más importantes de este mercado, y a día de hoy cuenta con 28 millones de usuarios.
Gracias a los sensores que equipan sus productos, Fitbit puede conocer un gran número de datos sobre todas estas personas: su ubicación, el ejercicio que hacen, cómo duermen, su salud cardiaca e, incluso, tienen acceso a las notificaciones de otras aplicaciones. Ahora que ha sido vendida, ¿qué va a pasar con esos datos, qué va a hacer Google con ellos?.
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La preocupación por el uso de esos datos con esta compra no ha tardado en llegar a los clientes que confiaron en la compañía cuando adquirieron su reloj o pulsera Fitbit. La compañía no ha tardado en mandar un mensaje tranquilizador: "La confianza del consumidor es primordial para Fitbit. Las estrictas pautas de privacidad y seguridad han sido parte del ADN de Fitbit desde el primer día, y esto no cambiará ”
Aún así, las dudas y sospechas persisten. Google es un gigante que ya cuenta con una conocida trayectoria en el uso de datos. A través de todos sus servicios recopilan una inmensa cantidad de datos sobre millones de usuario para después usarlos como negocio en publicidad.
Tal y como recoge The Guardian, muchos clientes de Fitbit no han recibido con alegría la noticia de la compra de Fitbit por parte de Google. "Tengo la intención de vender mi Fitbit y eliminar mi cuenta", explicaba un usuario.
Veronica KB Olse, investigadora del Cern en Ginebra, explicaba al medio británico cómo había solicitado la eliminación de su cuenta y todos sus datos nada más enterarse. Por ser ciudadana europea, la empresa está obligada por el GDPR a realizar ese borrado si lo solicita el usuario y darle una copia con todos sus datos.
Pero no sólo cuentan con esta opción los usuarios que viven dentro del territorio de la UE, Fitbit permite que cualquiera pueda eliminar su cuenta y pasados unos siete días se comprometen a eliminar también sus datos asociados a esa cuenta. El tiempo dirá si Google hereda esta política o crea la suya propia.
Aunque Fitbit asegure que no va a compartir con Google los datos, puede que con el tiempo esta medida se relaje. Lo más probable es que Fitbit acabe fabricando dispositivos con el sistema operativo de Wear OS creado por Google y que hasta ahora han usado los relojes que han fabricado para Google terceros como Fossil y Tag Heuer, a través de los cuales se recopilan datos mediante la aplicación Google Fit.
Recordemos que actualmente Google se enfrenta a una investigación en estos momentos por parte del gobierno de los Estados Unidos por sus prácticas publicitarias y lo mismo ha ocurrido en Europa donde ya se han establecido varias multas.
Por el momento, Fitbit promete proteger la privacidad de sus clientes ante su nuevo dueño y no usar esos datos con fines publicitarios, aunque estas declaraciones habrá que tomarlas con cautela hasta que veamos los primeros resultados de esta nueva unión.