Si Google quisiera, Wear OS podría ser una gran alternativa a watchOS. Sobre todo porque como veremos en este análisis del nuevo reloj inteligente Fossil Gen 5, ya hay marcas dispuestos a construir relojes que en términos de diseño, hardware y prestaciones, nada tienen que envidiar al Apple Watch.
Fossil desde luego siempre ha sido una de las grandes referencias de este sector, pero siendo francos, sus relojes anteriores (como por otro lado los del resto de industria Wear OS) aunque eran más que dignos, se veían atrapados por unas especificaciones que no le permitían rendir a la altura de lo que ofrecen marcas como Apple o Samsung.
Por primera vez y con este Gen 5 (en este caso probamos la versión Carlyle HR Black Silicone, pensado para su uso deportivo) Fossil se libera y ofrece unas especificaciones que le permiten brillar con luz propia: procesador Qualcomm Wear 3100, 1 GB de memoria RAM, 8 GB de almacenamiento interno, pantalla AMOLED (1,28 pulgadas, 328 ppi), GPS incorporado, NFC para pagos móviles, sensor para el ritmo cardiaco y resistencia al agua.
Algunas de estas prestaciones sin duda, son comunes en otros relojes. ¿Cuáles marcan la diferencia? En primer lugar, el nuevo procesador de Qualcomm, el primero de la firma realmente pensado para su uso en relojes inteligentes. Pero sobre todo, ese giga de RAM que duplica a lo que históricamente se ha ofrecido en todos los relojes inteligentes que se han presentado desde que se anunció la plataforma.
La principal consecuencia es que prácticamente por primera vez, podemos disfrutar de una experiencia Wear OS en el que las aplicaciones se ejecutan de forma instantánea y que por supuesto, no se arrastran hasta la desesperación como hemos podido comprobar en infinidad de ocasiones. Gracias a Wear 3100 esto no impacta además de forma significativa sobre la batería, y como veremos más adelante, Fossil nos permite estirar la autonomía del reloj durante prácticamente dos días.
Este es además el primer reloj inteligente Wear OS con altavoz integrado, que implementa para comunicarnos de forma más fluida con Google Assistant, advertirnos sobre nuestros recordatorios y recordarnos determinadas notificaciones.
Para los más deportistas
Lo nuevo de Fossil se presenta como un buen aliado para los más deportistas, con una caja esférica de 44 mm construida en acero negro que permite visualizar de forma sencilla una gran cantidad de información. La correa (que se puede cambiar si así lo deseamos) es de silicona negra que ofrece un contacto cómodo sobre la piel y demuestra ser el material idóneo para lidiar con el sudor y la suciedad.
En la parte superior de la esfera Fossil posiciona tres botones: una corona clásica que al girarla nos permite recorrer los distintos menús y al pulsarla nos lleva al cajón de aplicaciones, un botón inferior que conecta directamente con los entrenamientos de Google Fit y uno superior que nos permite guardar esferas y que en nuestra opinión está un tanto desaprovechado.
En su parte inferior como ocurre en la mayoría de los relojes inteligentes, se sitúa el sensor para el ritmo cardiaco. A partir de aquí, para nuestros ejercicios Fossil nos ofrece tres opciones diferentes: bien confiar en Google Fit, bien instalar cualquier aplicación para este fin de las presentes en la Google Play Store (Runstastic, Runkeeper, etc.) o bien no buscar más y empezar a trabajar con Nike Run Club, app que viene instalada de forma predeterminada.
¿Qué tal se porta? Francamente bien. Mejorar en especificaciones consigue mejores tiempos de respuesta tanto en el GPS como el en el cardiómetro y gracias al Wear 3100 podemos hacer uso de ambas funcionalidades durante bastante tiempo sin miedo a que se agote la batería. Un diez al reloj en este apartado que por primera vez consigue que Android Wear no nos haga echar de menos (por lo menos para el deportista amateur) a relojes dedicados de firmas como Garmin o Polar.
Wear OS mejora poco a poco pero necesita un fuerte impulso para despegar
A falta de que algún día Google se decida a lanzar ese Pixel Watch del que llevamos hablando desde hace años, Wear OS sigue siendo la única prueba tangible que tenemos sobre el nivel de compromiso de los de MountainView con los relojes inteligentes.
Pero visto lo visto en los últimos tiempos, ese nivel no es precisamente alto. Es cierto que desde que el «antiguo» Android Wear 2.0 se presentó en sociedad en febrero de 2017 se han introducido algunos cambios incrementales que han mejorado la plataforma, a saber: incorporación de Google Play en el reloj, más integración con Google Assistant y Google Fit, mejoras en la gestión de la batería y desde el pasado mes de mayo, la introducción de «Tiles».
«Tiles», presente desde la primera versión del WatchOS de Apple, es la característica con la que Google permite acceder a pantallas de información util (meteorología, agenda, podómetro, etc.) haciendo swipe sobre la esfera del reloj y sin necesidad de abrir cada aplicación. En su implementación en este Fossil Gen 5, nos permite navegar por hasta cinco pantallas diferentes pero si queremos más información «a la vista» podemos jugar con las complicaciones de cualquier esfera.
Dicho lo cual, aunque sin duda todo esto supone avanzar en la buena dirección, a Wear OS le queda mucho camino por recorrer para equipararse a lo que ofrecen los relojes de Apple. Sobre todo porque Wear OS sigue siendo una suma de aplicaciones más o menos útiles, pero sin un propósito definido, mientras que Watch OS tiene un objetivo concreto: cuidar de nuestra salud y ayudarnos a llevar una vida saludable.
Parte del desinterés de Google también se manifiesta en la falta de aplicaciones propias adaptadas para la plataforma: ¿Por qué no llevar a los relojes Google Podcasts, Google Tasks o YouTube Music? ¿Por qué no desarrollar un Google Fit realmente interesante y gamificado como hacen otras marcas? ¿Qué hay de medir la calidad del sueño? Son sólo algunas de las cosas que nos gustaría ver en Wear OS, además de una mayor unificación de la experiencia.
Pese a ello, y con los ingredientes que ofrece la plataforma, Fossil Gen 5 funciona repetimos, realmente bien. Google Assistant responde al instante y consigue resultar útil, las aplicaciones que se instalan no tardan en ejecutarse y el rendimiento que ofrece Google Fit a la hora de por ejemplo ponernos a correr, es excelente. Y si apuntamos a esto que podría darse por descontado es porque con Wear OS no siempre lo ha estado.
Por último merece la pena detenerse en cómo gracias a Wear 3100 ha mejorado la autonomía. Los relojes que incorporan lo nuevo de Qualcomm estrenan en este terreno cuatro modos diferentes de gestión de la batería: diario, extendido, personalizado y solo hora. De estos por supuesto el más interesante es el nuevo «modo extendido» que poniendo en pausa algunas funciones de Wear OS nos permite alargar la autonomía de nuestro reloj prácticamente durante todo un fin de semana.
Conclusiones: el mejor reloj Wear OS
Si estás dispuesto a invertir 300 euros en un reloj inteligente y te convence lo que actualmente ofrece Wear OS, sin lugar a dudas este Fossil Gen 5 es uno de esos relojes que tienes que tener en cuenta.
¿Sus virtudes? Gran diseño, un rendimiento espectacular y todo lo que necesitas para tu práctica deportiva. En el lado del «debe» por supuesto un sistema operativo que debe mejorar, pero al que hay que reconocerle que ha progresado.
A la espera de que Google tome nota y lance su propio smartwatch, para nosotros este es el mejor candidato.