España es el segundo país con mayor utilización de dispositivos "vestibles": la utilidad de estos artículos no se limita a la salud y la actividad física para los consumidores. También aumentan la productividad empresarial.
Su irrupción atrajo todos los focos, pero el interés pronto se desvió. Apenas seis años después de que la aparición de las Google Glass amenazase con cambiar el mundo, los wearables han alcanzado por fin velocidad de crucero. En el último trimestre de 2018, el volumen de ventas de estos dispositivos se incrementó más de un 30% respecto al mismo periodo del año anterior. Así, la cifra de unidades vendidas en el mundo rozó los 60 millones, según el último informe publicado por la consultora tecnológica IDC.
Es la llamada tecnología vestible: dispositivos electrónicos que se incorporan de manera natural a la ropa o se lucen como accesorio. Aunque la gama comprende un vasto abanico de artículos, los smartwatch y las pulseras son los productos estrella para el gran público. "En el ámbito de los consumidores, los dispositivos que triunfan son los relacionados con la salud y el fitness, en términos de monitorización y medición de la actividad física", comenta Kepa Sagastabeitia, CEO de Zerintia, una compañía española especializada en aprovechar las ventajas de la tecnología wearable y el Internet de las cosas en las organizaciones.
Las previsiones indican que el mercado europeo liderará el crecimiento en estas tecnologías durante el próximo lustro y, en particular, el español crece a pasos agigantados. España se convirtió en 2018 en el segundo mercado global con mayor penetración de la tecnología wearable, sólo por detrás de Estados Unidos, como revela un estudio realizado por la firma de investigación Ipsos. "En el último trimestre del año pasado, se vendieron casi un millón de wearables en España", añade Ignacio Cobisa, analista senior de investigación de IDC España.
Respecto al resto del continente, "la particularidad en España es que se compran más pulseras", asegura Cobisa. De hecho, la venta de este tipo de wearables creció un 33% en España durante 2018, frente al 20% en el conjunto de Europa occidental.
El estudio de IDC evidencia que las marcas especializadas son fuertes en el sector, una presencia que se traduce en una notable diversificación de las ventas. De este modo, más de un tercio del total de los dispositivos vendidos llevaba el sello de marcas que no figuran en el top 5 del mercado (Apple, Huawei, Xiaomi, Fitbit y Samsung).
Con la vista en el futuro pero también en el presente, algunas start up españolas ya aprovechan las oportunidades que ofrecen los wearables con iniciativas pioneras en el plano internacional. La especialización, opina el experto de IDC España, "es una forma de que los fabricantes eviten la comoditización".
Más eficiencia
Mientras que los grandes números proceden de los productos dirigidos al consumidor final, las aplicaciones de los wearables no se limitan a este mercado. De hecho, los expertos señalan que las principales oportunidades se encuentran en el ámbito de la producción industrial. "Aunque el ratio de dispositivos para uso empresarial es aún reducido frente al particular, hay un mercado y un potencial indudable en los wearables para empresas", precisa Cobisa.
En este momento, "hay un boom en el uso de estos dispositivos en el ámbito industrial, porque ofrecen un retorno espectacular de la inversión", agrega Kepa Sagastabeitia. Pese a que pulseras, relojes y gafas también son los wearables predominantes en el seno de las compañías, han aparecido diversos artículos que se aplican sólo a este ámbito. Entre ellos, ya se trabaja con cascos y botas sensorizados e incluso guantes y chalecos inteligentes.
Aunque los dispositivos de salud y fitness copan los titulares, "los avances en el ámbito industrial son reales y ya son utilizados por muchas multinacionales, que tienen plantas digitalizadas y se apoyan en los wearables para integrar las últimas novedades en Internet de las Cosas".
El paradigma de uso es el del empleado conectado, afirma el responsable de Zerintia. Estos wearables dan instrucciones personalizadas a cada profesional para maximizar la eficiencia. Por ejemplo, si se produce una incidencia en las instalaciones, los empleados recibirán alertas específicas según su función y su localización. En el caso de las gafas inteligentes, el sistema puede servir como guía e incluso conectar en remoto con un experto que, con la misma visión que el empleado, pueda orientarle con indicaciones en los pasos a realizar.
El incremento de la productividad, una mayor eficiencia y la reducción de errores son las principales ventajas para las compañías, que además mejoran su capacidad de prevención de riesgos.
Pero si este es el presente, ¿cuál es el futuro de los wearables? "No alcanzamos aún a ver todas las utilidades potenciales pero, desde luego, esto no se va a acabar en el formato pulsera", asegura Sagastabeitia. El precio y, en especial, la usabilidad son los principales factores que influyen en su penetración.
No obstante, "el gran avance pasa por trascender la monitorización y aportar inteligencia al dato: el próximo progreso en términos de predictibilidad llegará cuando se pueda hacer en tiempo real", asegura. Además de anticipar circunstancias, esta opción permitiría que los dispositivos guiasen al usuario en la práctica de determinadas actividades, no sólo en el ámbito laboral.
Pese a que esta tecnología ofrece posibilidades que llegan hasta los chips subcutáneos, el ritmo de la implantación de la tecnología viene marcado por la aceptación de los usuarios. Los dispositivos implantados en la piel o las lentillas inteligentes son un avance extraordinario en el ámbito de la salud, pero su carácter invasivo genera rechazo en los usuarios. Las gafas inteligentes despiertan reticencias similares, ya que impiden saber si están grabando o no. Lejos de "meter la tecnología a martillazos", como dice Sagastabeitia, la evolución se producirá de forma natural y los wearables seguirán encontrando su propio camino.
Cascos para conocer mejor el cerebro
Aunque el órgano más complejo del cuerpo humano sigue siendo el menos conocido, cada día se sabe más sobre él. En parte, gracias a 'start up' como BitBrain, que ha desarrollado un casco con sensores que detecta los cambios en las corrientes eléctricas en forma de ondas cerebrales. "El desarrollo de 'wearables' es una apuesta estratégica de la compañía: nuestra misión es acercar la neurociencia y la neurotecnología a la sociedad y la única manera es que la tecnología se adapte al usuario, no al revés", asegura María López, cofundadora y CEO de BitBrain. La mitad de las ventas de la compañía aragonesa proceden de 'wearables', que se aplican a neuromárketing, integraciones con realidad virtual y neurorehabilitación motora. La información que obtienen en sus estudios permite elaborar recomendaciones, por ejemplo, acerca del mejor embalaje para un determinado producto. "Nuestro valor es desarrollar tecnología, no sólo 'hardware' sino también 'software' y, lo más difícil, algoritmos de decodificación que traduzcan bioseñales -como las cerebrales- en información cognitiva y emocional", explica López. Entre otros proyectos, Nissan confió en BitBrain para desarrollar un 'wearable' pionero que conectaba la mente del conductor al coche. "Es un caso que demuestra el talento que hay en España", afirma María López.
Accesorios que facilitan los pagos
La tecnológica asturiana Wetech nació en 2013 con la propuesta de ofrecer 'wearables' de calidad y un diseño cuidado al consumidor final, pero su visión cambió pronto. Sus primeros clientes fueron bancos como Santander o Kutxabank, algo que les permitió desarrollar su capacidad tecnológica y especializarse en los pagos con 'wearables'. "Nos dimos cuenta de que las grandes empresas del sector bancario y los fabricantes de dispositivos necesitaban empresas que les ayudasen a desarrollar 'hardware', 'software' y todo el sistema que permite los pagos con 'wearables'", explica Javier Ardura, CEO de Wetech. De esta forma, además de trabajar en dispositivos para identificación segura y su aplicación a pagos sin contacto, la firma abrió una nueva línea de negocio centrada en soluciones IoT y 'wearables' para el ámbito industrial, entre otros el químico, y para el campo de la salud. "Nos hemos especializado en sistemas de identificación segura para pagos que también sirven para el control de accesos en diversos ámbitos, desde casas y vehículos privados hasta edificios de oficinas y transporte público", explica Ardura. Asimismo, el responsable de Wetech destaca que las nuevas obligaciones de registro de la jornada laboral pueden abrir nuevas oportunidades para el uso de 'wearables'. Para ello, la compañía quiere aplicar sus sistemas de localización en interiores y exteriores, a los que se suman aquellos dispositivos que permiten monitorizar la maquinaria.
Pulseras y relojes para vivir más saludable
Con 30 años de historia, SPC ya es una marca consolidada en el mercado nacional, que ha tenido que adaptarse al cambio de las tendencias dominantes en el plano tecnológico. "La gama de 'wearables' es una de las más relevantes en nuestra oferta: se trata de un producto claramente estratégico", asevera Alberto Rodríguez, director de marketing de SPC. Si bien la compañía concede mucha importancia al diseño y la versatilidad de sus productos, "nuestra apuesta por esta línea viene determinada sobre todo por el desarrollo de 'software' propio". Así, todas sus pulseras y relojes inteligentes son compatibles con una 'app' desarrollada por la propia firma, que permite al usuario acceder a toda la información relacionada con su actividad física diaria. Precisamente, Rodríguez destaca que sus dispositivos apuestan por dos principales aplicaciones: una que registra la actividad física y otra relacionada con el control del sueño. Pese a que la primera está más desarrollada, "nuestra predicción es que la monitorización del descanso será una inquietud generalizada en unos años", anticipa el responsable de SPC. La compañía hace énfasis en la seguridad de los datos personales de sus consumidores, que se almacenan en servidores españoles. Además de la gama de productos dirigida al consumidor final, la firma actúa también como mayorista en soluciones de comunicaciones unificadas para el ámbito empresarial.
Una camiseta que detecta arritmias
Los efectos de una arritmia cardiaca pueden ser muy graves, pero son evitables en la mayor parte de los casos. Una 'start up' española, Nuubo, encontró una solución con el desarrollo de un nuevo producto: se trata de una prenda textil a modo de peto que incorpora los electrodos impresos, algo que da lugar a un producto no invasivo. "Nuubo es el primer sistema no quirúrgico que permite monitorizar a los pacientes más de 30 días, lo que mejora la capacidad diagnóstica y evita las consecuencias de estas arritmias, que podrían llegar a desembocar en ictus cerebrales o incluso episodios de muerte súbita", señala Luis Sánchez, cofundador y CFO de Nuubo. Antes, la 'start up' había desarrollado una camiseta que permitía a los deportistas tener un electrocardiograma de su actividad física. La innovación de la compañía consiste en un sistema de monitorización novedoso respecto al tradicional 'holter': "es la única tecnología que no requiere cables ni electrodos adhesivos". Del mismo modo, permite detectar episodios de arritmias en deportistas jóvenes, de forma que reduce el riesgo de incidentes relacionados. En agosto de 2018, Nuubo consiguió la autorización de la máxima autoridad sanitaria de Estados Unidos (FDA) para comercializar sus productos en el país, un requisito necesario al tratarse de un dispositivo médico que se emplea sólo bajo prescripción médica. Además, la compañía ya vende a gran parte de Europa y otros países, como Israel, Emiratos Árabes y Australia.
Dispositivos para no perderse
Nacido como una pulsera GPS para evitar que los niños se alejasen más de la cuenta, Neki evolucionó hasta convertirse en un dispositivo localizador para impedir que los mayores se pierdan. "Fue el resultado de escuchar a nuestros propios clientes, que nos pedían que adaptásemos el mismo dispositivo para personas mayores", comenta Rafa Ferrer, cofundador y CEO de Neki. Sus principales clientes son familiares de personas mayores con propensión a desorientarse, así como pacientes en primeras fases de Alzheimer. Poco a poco, aplicaron la idea a diferentes dispositivos y accesorios, con la idea de que los usuarios lo llevasen encima en su día a día y no se lo olvidasen en casa. Ahora, el catálogo de la marca incluye relojes, cinturones, monederos e incluso colgantes. Además de la función de localización, algunos de estos artículos disponen de un botón de socorro que permite alertar en caso de accidente. La firma presta atención especial al diseño, que trata de simplificar al máximo para facilitar su uso, e intenta distinguirse gracias a un completo servicio postventa.